Caracas.- Paula Alvarado buscó en la escuela y agencia de modelaje Belankazar una disciplina para combatir la timidez de su hija de seis años, como lo sugirió el psicólogo. Ahora le toca dar la cara por los presuntos manejos dolosos que esta semana han salido a la luz sobre esta institución privada, que atentan contra el bienestar emocional de los menores y la reputación de los padres.
La agencia de modelaje infantil actualmente se encuentra bajo investigación policial. Usuarios de redes sociales han utilizado sus cuentas para viralizar la denuncia inicial con sus propios comentarios, a propósito de que Belankazar, supuestamente, «distribuye el contenido de sus alumnas (menores de edad en su mayoría) en redes sociales rusas de fácil acceso para pederastas«.
Tanto Alvarado como Gabriela López, cuya hija de diez años también se encontraba inscrita en la academia, desconocían que la participación de sus representadas en pasarelas, sesiones de fotos y desfiles haya sido vendida y distribuida en páginas web de contenido pornográfico.
La responsabilidad de los padres
Ambas madres se enteraron de las acusaciones contra la agencia porque se hicieron virales en redes sociales. Otra madre afectada compartió algunos de esos posts en el grupo de Whatsapp usado por las madres para intercambiar información relacionada con las clases.
Para contrarrestar las opiniones, que las acusaban de «vender a sus hijas», un grupo de madres y representantes de Belankazar abrió un perfil de Instagram para explicar que ninguna de ellas se encontraba al tanto de la situación.
Ninguna de las dos observó ningún tipo de comportamiento extraño en las niñas, quienes solo comentaban en sus casas sobre los comentarios realizados por algún profesor, o sobre eventos próximos.
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Para Alvarado, las acusaciones que pesan sobre Belankazar son absolutamente inesperadas. Sobre todo el señalamiento de recibir un pago para exponer a las niñas en redes sociales. «Nada más alejado de la realidad«, comenta. «Si se hacía un desfile temático, la agencia nos lo comunicaba y los representantes comprábamos el vestuario. Eso quedaba a discreción de nosotros», puntualiza.
López recuerda que en una oportunidad la agencia organizó un desfile inspirado en los famosos ángeles de Victoria’s Secret, y comunicó a los padres que el vestuario requerido seguía el lineamiento de «fantasía». «Muchos nos acusan por fotos de niñas con prendas poco apropiadas, pero en realidad esa era responsabilidad del representante de cada una«.
En un comunicado realizado a través de la página web de Belankazar, se explica que hacen públicos los videos de las niñas para facilitar la búsqueda de patrocinadores. En el link de registro, que fue dado de baja, podía leerse este mensaje:
“Bienvenidos al sitio BK modelos. Si desea ayudarnos a mantener nuestro sitio web en funcionamiento (costos de alojamiento web, costos de producción de nuestro material audiovisual), y además ayudar a nuestras modelos de recursos económicos limitados y permitirles estudiar en nuestra Academia, usted puede convertirse en un patrocinador. Simplemente elija el nivel de patrocinio que desea a continuación”.
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Posteriormente se desplegaba una serie de paquetes cuyo costo oscilaba entre los 20 y los 200 dólares americanos.
Las representantes explican que la agencia siempre mantuvo las puertas abiertas para que los padres pudieran participar activamente y asistir a las niñas en sus compromisos.
López también afirma que los representantes debían costear la entrada para los desfiles y pasarelas, que se celebraban al aire libre en la terraza del centro comercial Boleíta Center. «Nunca sospeché nada extraño porque las actividades estaban a la vista del público», explica.
Alvarado y López coinciden en que colocarán la denuncia ante el Cicpc y llevará el caso «hasta sus últimas consecuencias». También han pedido al público respetar la imagen de las niñas, quienes no se encuentran al tanto de lo que ocurre en torno a la agencia.
