San Cristóbal.- Al conocer la información sobre el traslado del cuerpo de Lisbeth Andreína Ramírez Mantilla, quien fue asesinada junto a Óscar Pérez en la masacre de El Junquito, la familia hizo acto de presencia en el Cementerio Metropolitano de San Cristóbal, donde esperaron más de seis horas sin tener conocimiento o certeza de si sería ese el lugar donde le darían cristiana sepultura.
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Esperando el cuerpo de Lisbeth Ramírez en la morgue de Bello Monte se encontraban dos de sus hermanos, quienes fueron despojados de sus teléfonos celulares y perdieron contacto con sus familiares en el Táchira, por lo cual no pudieron avisarles cuándo salieron de Caracas o a qué camposanto irían. Por esta razón, la única opción de los padres fue esperar, sin tener certeza de dónde podrían despedirse de la joven tachirense.
A las 7 de la noche aún no había información oficial sobre qué pasaría con el cuerpo de Lisbeth Ramírez. Todos estaban en el Cementerio Metropolitano y un grupo de la familia se dirigió al cementerio de Caneyes, en el municipio Cárdenas, ante la confusión e intriga de dónde le darían sepultura.
Sin embargo, en el Jardín Metropolitano, trabajadores abrieron la fosa donde se espera sea enterrada la joven tachirense.