Los Teques.- La noche cayó y el silencio se hizo. Las internas del edificio 3B del Instituto Nacional de Orientación Femenina (Inof), cárcel de mujeres ubicada en Los Teques, capital del estado Miranda, se fueron a dormir y la directiva apagó las luces. El silencio reinaba y todas estaban en sus celdas.
Una de las celdas, la de Flor Montilla, lucía normal. La noche transcurrió como la de otro viernes cualquiera, solo que ese 13 de noviembre Flor Montilla había ideado un plan: dejaría en su cama un muñeco, que había elaborado con telas de ropa vieja en un taller laboral. Esperaría que la noche cayera aún más y las custodias se fueran al descanso, para poder evadirse por las escaleras del penal y salir por la zona boscosa donde están las celdas de castigo.
Fuentes ligadas al penal tequeño señalan que Flor pudo haberse escapado entre las 2 y 3 am, cuando todas estaban dormidas. “Quieren culpar a las otras de la fuga, pero nadie sabía nada”, dijo un familiar de una interna en ese edificio.
El plan de Flor funcionó a perfección. Cuando amaneció había huido, y al despertar todas las internas y los custodios, faltaba su número. Las alarmas se activaron y se inició el protocolo de seguridad y cierre de las puertas del penal. Para cuando supieron que se había ido, ya Flor estaba en el lugar donde había dispuesto esconderse al menos dos semanas para poder huir hacia el centro del país.
Montilla no hablaba con nadie; era una interna aislada y de pocas palabras, con una patología psiquiátrica que no ha tenido atención ni tratamiento en el penal. La directiva no le ha otorgado permisos ni la ha trasladado a recibir tratamiento psiquiátrico. Tiene una hija de unos 16 años. Con ella estuvo los tres días que logró estar fuera del penal.
La noche del lunes 16 de noviembre, funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana la encontraron en una vivienda de San Antonio de los Altos y la trasladaron de nuevo al penal tequeño, luego de reseñarla en el Cuerpo de investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) por el delito de fuga, que se le suma a las tres condenas por asociación para delinquir, trata de personas y privación ilegítima de libertad que la harán pasar 18 años en la cárcel altomirandina.
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Los tres días de libertad de Montilla terminaron rápidamente. La GN la buscaba por todos lados y ella se decidió a salir a panaderías y supermercados. Su rostro se hizo viral en grupos de WhatsApp altomirandinos y una llamada anónima al 911 dio la pista exacta para detenerla a las 10 de la noche del lunes 16 de noviembre. Ahora su hija podría enfrentar cargos penales al ocultarla.
La fuga de Flor fue breve, pero en el penal el castigo sigue siendo para las presas, quienes en estos tres días han sido golpeadas en requisas e interrogatorios donde se les implica en la evasión de Montilla, denunció a El Pitazo un grupo de familiares.
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