De las 80 habitaciones y las 24 cabañas que tenía el Hotel Brisas del Norte en Maracaibo no quedan ni los tomacorrientes. El martes a las 9.00 de la mañana entraron al menos 80 personas con armas blancas y pistolas y destrozaron en media hora el patrimonio de 25 años.
Margelis Romero, administradora del hotel, no puede hablar sin quebrarse. Llora, se limpia las lágrimas y lamenta que nadie ayudó, que nadie los protegió.
“Desde el lunes por la noche empezamos a recibir amenazas por las personas que saqueaban a Makro y desde ese momento empezamos a hacer llamados de alerta comunicándonos con todo el que podíamos para que por favor acudieran y no tuvimos ninguna respuesta”.
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El último huésped del hotel, que venía de Valencia, se retiró en la mañana y luego de eso hubo caos. “Comenzamos a escuchar gritos, ruido, gente. Abrieron boquetes por las paredes de atrás. Estaban armados, salimos corriendo y logramos ir en una camioneta hasta el Core 3. Ellos fueron al hotel y se instalaron en una tanqueta como a 30 metros, un helicóptero sobrevoló el edificio, lanzaron tres lacrimógenas y se fueron. No sé a quiénes cuidaban”.
El edificio comenzó a quedar en ruinas. Rompieron los techos de los cinco pisos, se llevaron los ductos, los aires acondicionados, las brekeras, los cables. Ya antes se habían llevado las camas, los televisores. “Absolutamente todo. Ya no quedan ni paredes completas”.
Margelis llora, respira y sigue. “25 años de servicio perdidos en una mañana. Dónde están las autoridades, dónde está el apoyo del Gobierno, dónde está la fuerza militar, las policías. ¡Dónde!. Allí lo que queda es miseria. Qué queda para las personas que trabajamos allí, quedamos desempleadas. Tantas preguntas y no hay respuesta positiva”.
Los afectados son entre 80 y 100 empleados directos e indirectos. “Pero hay una pregunta que me da vuelta en la cabeza, cómo vamos a sustentar ahora a nuestra s familias, de dónde. Es muy difícil”
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