El ex gobernador del estado Zulia y ex candidato presidencial, hoy exiliado en Perú, regresará a Venezuela en los próximos 15 días. Presentará documentos con los que intentará demostrar que las acusaciones en su contra fueron una conjura ordenada por el fallecido presidente Hugo Chávez; la ex presidenta del TSJ, Luisa Estella Morales; y el ex magistrado Eladio Aponte Aponte. Su principal acusador, José Luis Pirela; y el ex juez Aponte Aponte contaron historias que favorecen al fundador de Un Nuevo Tiempo
Por César Batiz
Dos documentos legales, que fueron presentados por un grupo de abogados ante las autoridades judiciales competentes, serán las cartas bajo la manga que traerá el ex gobernador del Zulia, ex alcalde de Maracaibo y ex candidato presidencial, Manuel Rosales, para defenderse de las acusaciones de apropiación de recursos públicos en su contra que lo llevaron a exiliarse, desde abril de 2009, en Lima, Perú.
El primero de los documentos, conocido desde julio de este año, fue entregado al Ministerio Público por el dirigente político, José Luis Pirela. El segundo lo notarió y firmó en San José de Costa Rica, el 16 de abril de 2012, el ex magistrado Eladio Aponte Aponte, quien develó detalles de una supuesta conjura en la que participaron factores del alto poder nacional.
Rosales, quien estaría dispuesto a arribar al país en los próximos 15 días, fue denunciado en 2004 por el entonces dirigente de Patria Para Todos, José Luis Pirela, por daño al patrimonio público. Pero en aquella ocasión la Fiscalía General de la República, tras dos años de investigación, no encontró suficientes argumentos para armar el caso en contra del mandatario regional, por lo que se decretó el archivo fiscal.
Sin embargo, en julio de 2007 la Contraloría General de la República concluyó un informe en el cual se señaló que Rosales registró fondos que no pudo justificar ante el órgano contralor. En diciembre de 2008, la fiscal 11 nacional, Katiuska Plaza, imputó al para ese momento alcalde de Maracaibo, por el delito de enriquecimiento ilícito. Esta vez los acusadores aseguraban tener todos los elementos para lograr una condena. Pero la fiscalía no tuvo oportunidad de solicitar la aprehensión del también fundador de Un Nuevo Tiempo. Rosales nunca se presentó al Tribunal 19 de Control del Área Metropolitana en abril de 2009.
En 2012, Pirela abandonaría el PPT. Entonces formaba parte de un grupo de pepetistas enfrentados a las cúpulas del Psuv. Por una orden judicial, la dirección nacional del PPT pasó a manos de dirigentes pro oficialistas. Junto a Simón Calzadilla, el gobernador de Amazonas, Liborio Guarulla; y Andrea Tabares, entre otros, participó, en junio de 2012, en la fundación del Movimiento Progresista Venezolano.
El 28 de julio de este año, Pirela acompañó a los abogados de Manuel Rosales a entregar un documento en la sede del Ministerio Público en Parque Carabobo, en el cual solicitó que se investigara su acusación.
Persecución y presiones ilegítimas
Según narra el dirigente político, en noviembre de 2008 fue objeto de persecución y presiones ilegítimas accionadas por el ex magistrado de la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Eladio Aponte Aponte, juez que luego, en abril de 2012, se convertiría en testigo protegido de EEUU.
En el escrito presentado a la fiscalía en julio de este año, Pirela comenta que a principios de noviembre de 2008 fue llamado por el presidente de la Sala Penal, el magistrado Eladio Aponte Aponte, a reunirse en el Palacio de Justicia del Estado Zulia. «El objeto de la reunión era montar una maniobra para enjuiciar falsamente a Manuel Rosales. Me indicó que a Manuel Rosales había que meterlo preso a toda costa, que era una lacra, que quería ser Presidente de la República, y que el partido Un Nuevo Tiempo (UNT), había agarrado mucho auge a nivel nacional, que ya no era una amenaza, que se había convertido en un enemigo de la revolución».
Pirela relata que Aponte Aponte le exigió que participara activamente en la maniobra política y le mostró la hoja de ruta, los medios y los organismos que participarían en la planificación y ejecución, entre ellos la Fiscalía General de la República, donde la máxima autoridad, Luisa Ortega Díaz, tendría preparado el expediente. Lo mismo haría el contralor General de la República, Clodosvaldo Russián. El TSJ se encargaría de radicar el caso en Caracas y preparar la sentencia. Lo siguiente era «la manipulación mediática», porque «ese (Rosales) tiene que quedar estigmatizado como corrupto'».
Dice el dirigente político que se negó a participar en «el artilugio político», por lo que fue vejado por Aponte Aponte. «Pirela eres un cabrón, un maldito traidor, ya verás que vamos a joder a todos los militantes del PPT», habría dicho el magistrado.
Tras casi siete años de silencio, Pirela se decidió a denunciar lo ocurrido. Pero el Tribunal 18 de Control del Área Metropolitana declaró sin lugar la denuncia y el petitorio realizado por el otrora enemigo de Rosales. Nuevos medios de comunicación como La Patilla, o tradicionales, como El Universal, pero en su versión digital, reseñaron la declaración del dirigente del Movimiento Progresista Venezolano sin tener mayor trascendencia. El Pitazo trató de entrevistarlo en esta ocasión, pero Pirela solo atendió brevemente una llamada y no contestó los mensajes.
El As y su historia
La historia contada por Pirela se complementa con un relato de otro protagonista del hecho: el ex magistrado Eladio Aponte Aponte.
En abril de 2012, Aponte Aponte viajó a Costa Rica donde contactó a autoridades policiales de EEUU y desde entonces se convirtió en testigo protegido. Entre los hechos que contó estuvo la forma como manipularon procesos judiciales para condenar a personalidades que eran objetivo del chavismo, como los comisarios Iván Simonovis, Henry Vivas y Lázaro Forero, así como ocho miembros de la Policía Metroplitana quienes formaban parte de la brigada policial que actuó en la avenida Baralt el 11 de abril de 2002.
El ex magistrado refrendó todas sus declaraciones en documentos notariados en la capital costarricense. Pero hasta este momento no se conocían detalles de la realizada en torno al caso Rosales y la actuación del ex juez en ese proceso, contada en sus propias palabras.
Relata Aponte Aponte que «la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, Dra. Luisa Estella Morales nos ordenó en el año dos mil ocho, impulsar una investigación al gobernador del Estado Zulia y atender directamente las directrices que gire la Fiscal General de la República, sobre hechos ya estructurados por este órgano… La Presidenta del Tribunal, nos ordenó esta actuación aduciendo que era una orden del Presidente Hugo Chávez, quien habría dicho textualmente: ‘tienen que meter preso a Manuel Rosales, una calaña como esa tiene que estar en prisión, no gobernando un estado, no puede estar suelto y ustedes tienen que asumir su responsabilidad».
Dice el también ex fiscal militar que la orden era inventar un caso penal así no hubiera ningún fundamento. Asegura que este mandato de la máxima autoridad del TSJ ocurrió el 25 de octubre de octubre de 2008, por lo que coincidió con una cadena nacional del presidente Chávez.
Una revisión en la web, lleva a las palabras de Chávez ese día: «Una calaña como esa debe estar preso… No puede estar suelto… él está tratando de matarme, yo no voy matarlo», dijo y reiteró que Rosales no puede gobernar «ni en su casa, ni a sus hijos, ni a nadie». Instó a la fiscal General y al Tribunal Supremo de Justicia para que «actúen» sobre las «mafias» de Rosales, quien tiene en sus haberes casas, 11 fincas, arsenales de guerra, entre otras cosas. «Yo me pongo al frente de la operación, y esa operación se llama Manuel Rosales vas preso», enfatizó el mandatario de acuerdo con una nota publicada en el portal aporrea.org.
De acuerdo con declaraciones dadas a El Pitazo por el presidente de Un Nuevo Tiempo, Enrique Márquez, Rosales llegará a Venezuela «corriendo todos los riesgos, pero para aportar en esta lucha». Antes tendrá que barajar las cartas en su poder a ver si, en un nuevo escenario, con un presidente Nicolás Maduro con 70% de apreciación negativa, logra una mejor jugada que lo ayude a repotenciar su carrera por el poder.