Ciudad Guayana.- Un niño de 11 años murió por inmersión al ser arrastrado por el caudal del río Caroní, afluente que actualmente está aumentando de nivel en el estado Bolívar. Este lunes, 9 de agosto, los padres dijeron que el infante se lanzó al agua mientras jugaba con unos amigos en el barrio Campo Rojo de San Félix, municipio Caroní.
Los hechos ocurrieron el pasado viernes, 6 de agosto. Isaac Rodríguez, padre del niño, relató a El Pitazo que ese día él y su esposa salieron a trabajar en un puesto de perros calientes que recién montaron a unas cuadras de su casa. Lo habitual era que el niño los acompañara, pero esta vez no quiso; les comentó que se quedaría jugando cartas con sus amigos.
Apenas los padres se fueron, el niño y sus vecinos, también menores de edad, corrieron al río, a unos metros de su casa. El infante subió hasta una estructura de concreto cuya base está sumergida en el agua y se lanzó. “Los otros niños dijeron que él se tiró y la corriente lo arrastró hasta unas ramas, y cuando él quiso salir, no pudo. De ahí no lo vieron más y salieron a avisarnos”, detalló.
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El cadáver del niño estuvo casi 24 horas desaparecido bajo el agua, atrapado entre la vegetación. Los vecinos, quienes emprendieron labores de búsqueda independiente, lo encontraron el sábado 7 de agosto cerca del mediodía. Ningún organismo de rescate o gubernamental colaboró para hallar el cuerpo.
“Un vecino de aquí fue el que lo encontró en el agua. Yo siempre le decía que no se bañara ahí. Él tenía tiempo que no se metía al río, no sé qué le pasó ese día”, contó con pesar el padre del niño que recién se había graduado de primaria.
“Ya lo estábamos inscribiendo en una escuela técnica. Le gustaba jugar futbolito, era demasiado alegre”, comenta el hombre al recordar a su hijo. En el sector Campo Rojo es común ver a niños y adolescentes lanzarse desde algunas estructuras hacia el caudaloso río.
Nivel del río
De acuerdo con el último reporte de Protección Civil, el nivel de los ríos Orinoco y Caroní se ubica en alerta amarilla en Ciudad Guayana, con 11,82 metros sobre el nivel del mar. Pese a esa medición, no se han habilitado refugios para damnificados.
“A la hora de una emergencia, no sabemos a dónde vamos a correr”, dijo una vecina de Campo Rojo, una comunidad que frecuentemente sufre los embates de la crecida de los afluentes.
