Glorimar Fernández | El Pitazo
Caracas.- El asesinato de un hombre de 56 años de edad, en un vagón en movimiento del Metro de Caracas, levantó nuevamente las alarmas entre los usuarios que realizaron varias denuncias sobre la presencia de bandas que atracan en el subterráneo en horas de la noche.
Se trata de Luis Augusto Porras, quien era dueño de un puesto de chichas que funcionaba a las afueras de la estación del Metro La California. Los hechos ocurrieron a las 9:00 pm del sábado 2 de octubre; sin embargo, ninguna autoridad había confirmado el caso. Fueron sus familiares los que recientemente aportaron los datos del suceso y la identidad de la víctima desde la Morgue de Bello Monte.
El hombre se subió al vagón con dirección a Palo Verde; nadie aportó detalles del momento en el que ingresó el grupo de atracadores. Algunos testigos dijeron a la policía que les parecía que llevaban rato allí. En el trayecto, abordaron a Porras y le propinaron múltiples puñaladas, heridas que le causaron la muerte en el sitio.
Las averiguaciones de los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) resultaron entorpecidas, ya que las cámaras de seguridad de ese tramo del metro no funcionaron esa noche, según detallaron los allegados de Porras.
Hace un mes, varios usuarios del Metro de Caracas denunciaron por Twitter para alertar de un grupo de mujeres que operaba en la estación del Metro de Petare. Ellas andan en grupo, rodean a la víctima para atacarla al mismo tiempo y luego se dispersan.
Esta denuncia fue atendida por efectivos del Cicpc, quienes desplegaron un operativo en la estación, se hicieron fotografías revisando a la gente, pero, hasta la fecha, no han ofrecido datos de algún procedimiento en el sitio.
Usuarios de las Líneas 1 y 2 del Metro de Caracas, entrevistados por El Pitazo, este miércoles 13 de octubre, coincidieron en que la normalidad reina en el subterráneo en las mañanas y tardes. «Hay full policías y guardias, todos los vagones repletos de vendedores de chucherías y la gente usando sus teléfonos celulares sin problemas; la inseguridad es de noche», detalló una viajera, quien omitió su nombre.
Mientras que otro pasajero entrevistado dijo: «Después de las 7:00 pm desaparecen los uniformados, los vendedores de chucherías también, pasa que no hay milicianos en las entradas y en muchas ocasiones hasta las casetas donde debería estar el personal son cerradas».
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