Maracaibo.- Al menos 11 agentes policiales que cumplían funciones en diversos organismos de seguridad en el estado Zulia han sido asesinados en lo que va de año en la región al occidente de Venezuela.
De acuerdo con la información registrada por los propios organismos, el ajuste de cuentas entre oficiales o con bandas, ejecutado mediante la modalidad de sicariato o por resistencia al robo, es el principal móvil que las autoridades manejan sobre el accionar de las mafias que acaban con la vida de los funcionarios.
Cada órgano policíaco ha experimentado luto no solo en Maracaibo, la capital del Zulia, sino en San Francisco, Machiques de Perijá y municipios de la Costa Oriental o el Sur del Lago, donde quienes velan por el resguardo de la ciudadanía no escapan al asedio de bandas que no solo delinquen, sino que asesinan a policías en funciones, saldando con prácticas homicidas presuntas deudas o intentan dominar territorios al mando de fusiles.
Sobre estos hechos no hay distinción de género, pues las damas Adriana González e Isabel Subero se sumaron recientemente a la estadística roja. Ambas fueron asesinadas en hechos sangrientos que conmocionaron a familiares, compañeros de armas, amigos y pobladores zulianos.
A continuación El Pitazo hace un recuento de los casos de policías que han muerto en la región zuliana durante 2019.
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El 4 de enero Yorman Tanias, de 30 años, funcionario de la Fuerza de Acciones Especiales (Faes), dependiente de la Policía Nacional Bolivariana, murió de un disparo en el rostro cuando junto a sus compañeros enfrentó al presunto extorsionador José Reyes Roas, alias «El Atad», quien también falleció a tiros. El hecho ocurrió en el sector Buena Vista de Los Puertos de Altagracia, en el costero municipio Miranda.
El 2 de marzo la muerte sorprendió a Andrius John Barrios Ramírez, de 20 años, oficial adscrito a la estación El Mene, en el municipio Santa Rita, cuando se dirigía a cumplir funciones. La policía señaló que pistoleros a bordo de un Chevrolet Optra y un Ford Fusion le dispararon y le robaron el arma de fuego. La Faes posteriormente mató a Daniel Bucobo, apodado como “Dani Sicario”, en el sector Villa Santa Rita, por su presunta participación en el crimen del agente en la Costa Oriental del Lago.
El 5 de abril Andry Paredes Puente, de 30 años, funcionario adscrito a la brigada especial del Cuerpo Bolivariano de Policía del estado Zulia (Cpbez) murió tras recibir 13 impactos de bala de cuatro sujetos, quienes lo emboscaron en la avenida 52 del sector Los Estanques, en la parroquia Manuel Dagnino en Maracaibo, cuando permanecía en un taller mecánico. Paredes habría recibido amenazas de otro policía con quien tuvo un altercado, concluyeron las indagatorias sin que hubiese detenidos.
El 17 de abril una ráfaga de tiros acabó con la vida del oficial Euro Montiel, cuando cumplía su guardia en el puesto policial en El Cruce, municipio Jesús María Semprum, en la frontera con Colombia. Ese ataque fue atribuido a grupos irregulares que operan en el eje territorial en el estado Zulia.
El 5 de mayo Simón Ángel Ibarra Ibarra, sargento primero de la Guardia Nacional destacado en Coro, estado Falcón, fue asesinado junto a su primo Ender Ramírez en el barrio Adán Chávez, en la parroquia San Isidro de Maracaibo. Ambos cuerpos fueron quemados por victimarios. Los detectives no descartan hipótesis como la resistencia al robo o una discusión con sus atacantes, quienes los encendieron con fuego pero no lograron quemar la documentación y solo parte de los cuerpos.
El 13 de junio el luto llegó a la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), cuando en la base territorial en Maracaibo localizaron sin vida a Jesús Antonio Alarcón Simoza, de 54 años. Estaba adscrito a la base de Machiques de Perijá. La causa de muerte se atribuyó a problemas de salud. Este es el único hecho de esta lista que no se suma a una investigación criminalística, pero destacó como un hecho que enlutó a la policía política del gobierno de Maduro.
El 30 de julio, en medio de un apagón, sujetos armados asesinaron al supervisor del Cpbez Eudis Salas, de 36 años, en El Cruce, en la parroquia Barí del municipio Jesús María Semprum. El cuerpo de Salas quedó ensangrentado en el asiento delantero de la patrulla donde vigilaba a contrabandistas de gasolina en la estación de servicio Río Catatumbo, en la carretera Machiques-Colón, a quienes les daba la voz de alto.
Dos de sus compañeros, Yoaniel Uzcátegui y Guillermo Azuaje, también recibieron disparos, pero se recuperaron de las heridas en un centro clínico en Machiques. Luego la policía de Zulia mató a Luis Alberto Miranda Soler, alias «Nairobe», en un supuesto careo. Familiares de Miranda rechazaron la vinculación con el caso de Salas, pero no formularon denuncias en los organismos judiciales.
El 9 de agosto Javier González, de 28 años y perteneciente al eje rural del Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia (Cpbez) en el municipio Machiques, murió al recibir disparos de presuntos antisociales. El funcionario cayó malherido a las aguas del río San Ana y fue arrastrado por la corriente en momentos cuando perseguía a presuntos delincuentes en la finca Carrizón, en el sector Mata Larga de la parroquia San José.
El 15 de agosto Carlos Noguera, inspector jefe de la policía científica, murió junto a otro hombre cuando fue objeto de la explosión de una granada fragmentaria. Otros seis hombres resultaron heridos al oeste de Maracaibo. Esta fue la versión ofrecida por Douglas Rico, director del Cicpc, al señalar que los agentes investigaban a alias «Winner», supuesto miembro de la banda «Yeico Masacre». El antisocial, durante la persecución de una comisión de funcionarios, lanzó el explosivo que mató a Noguera, ataque perpetrado mientras conducía un vehículo Mitsubishi Lancer verde.
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El 30 de agosto la oficial Adriana Lorena González Chirinos, de la Policía Nacional Bolivariana y destacada en Tránsito Terrestre de Guarenas-Guatire, del estado Miranda, apareció sin vida: fue degollada y maniatada a un árbol cerca del elevado del centro comercial Galerías, en el distribuidor Humberto Fernández Morán, en la avenida La Limpia de Maracaibo. La agente visitaría a su madre y tres hermanos en el barrio San Juan en la parroquia Idelfonso Vásquez. El Cicpc desconoce los motivos del crimen.
El 26 de agosto sujetos armados mataron al oficial del Cpbez Yanklis Sánchez, de 30 años, en la vía El Chivo-4 Esquinas, en el municipio Francisco Javier Pulgar. Al agente no lo despojaron de su motocicleta. El primero de septiembre la policía mató a Ronald Chacín Casanova, de 22 años, en el barrio Bolívar, sindicado de distribuir droga y presunto asesino de Sánchez. El oficial estaba adscrito a la estación de El Moralito, municipio Colón. Salió de las fiestas patronales de Santa Rosa de Lima cuando fue interceptado por la finca Guarumito.
La tarde del viernes 13 de septiembre Rainner Manual Áñez González, de 22 años, un detective agregado adscrito a la brigada contra delitos petroleros, falleció tras recibir varios impactos de bala en el barrio Las Marías de Maracaibo. Lo despojaron de su armamento. Diversas comisiones tratan de esclarecer el hecho.
El 14 de septiembre la noticia de la muerte de la oficial jefe de la Policía del municipio San Francisco (Polisur), Isabel Subero, consternó a la opinión pública y tocó el lado más sensible de los organismos de seguridad en la región. Entre múltiples hipótesis estuvieron el asesinato selectivo o la resistencia al robo. El hecho de sangre, que ocurrió en la urbanización La Coromoto, hizo estallar en alarma las sirenas de las patrullas, porque los agentes salieron en busca de los responsables.
En menos de un día mataron a cuatro sujetos que enfrentaron comisiones de tres organismos, quienes allanaron viviendas y hurgaron cada rincón de los barrios Democracia, Brisas del Lago y Aceituno Sur, en busca de responsables por la muerte de Subero. Saldaron su muerte con otro derramamiento de sangre.
El 15 de septiembre Francisco Antonio Cordero Prieto, de 30 años, detective agregado adscrito a la base de homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de La Cañada de Urdaneta, murió a tiros en la calle 3 del barrio Campo Coquivacoa, en el municipio Jesús Enrique Lossada. Le quitaron el arma de reglamento y un teléfono celular. Por el hecho los policías mataron el mismo día a Javier José Castejón Villalobos, de 19 años, en un presunto enfrentamiento. También identificaron a otros presuntos autores como “El Verdoso”, “El Torres”, y “El Jhonny».
Con información de Nataly Angulo, Mayreth Casanova y Edwin Urdaneta.