Barquisimeto.- Pacientes crónicos del estado Lara anunciaron que volverán a las calles contra el deterioro progresivo de las unidades de diálisis; el cierre parcial o total de laboratorios, servicios de imágenes y radioterapias y la escasez de insumos y medicamentos en los centros de salud pública.
El martes 6 de agosto, a las 9:00 am, se concentrarán frente a la Gobernación de Lara para denunciar el incumplimiento de 20 de los 22 acuerdos suscritos por la Dirección de Salud, entre noviembre de 2018 y julio de 2019, para garantizar tratamientos a pacientes renales, oncológicos, diabéticos, hipertensos, seropositivos, neurológicos, con Parkinson y lupus.
“Exigimos nuestro derecho a la salud y la vida, que no persistan más complicaciones y muertes de pacientes por la falta de una aplicación de diálisis, de quimioterapia (…) Desmentimos a las autoridades de que exista dotación constante de medicamentos”, reza el comunicado de los pacientes que retomarán las protestas hasta obtener respuestas a sus peticiones.
También acusaron a las autoridades de utilizar la salud con fines proselitistas; se refirieron a maltratos y cobros ilegales en los colapsados hospitales y señalaron que el personal trabaja en condiciones adversas y el déficit de especialistas y enfermeras se acentúa por la falta de incentivos.
Muertes en aumento
El coordinador de la ONG SOS Pacientes Renales, Douglas Morales, declaró que en Lara van en aumento las muertes de personas con enfermedad renal. Han contabilizado 10 decesos por mes en 2019. Aunque las actas de defunción no reflejan los antecedentes, Morales advirtió que se trata de pacientes que recibían solo dos de cuatro horas de hemodiálisis o perdieron sesiones por el colapso de las unidades de diálisis que este año han suspendido turnos por falta de agua, electricidad o averías en las plantas de ósmosis. “Nuestro cuerpo se deteriora y la muerte está a la vuelta de la esquina”, agregó.
Susana Mújica, insulinodependiente y en diálisis peritoneal, recordó que no tienen acceso a trasplantes de riñón por la paralización del programa nacional de procura de órganos y viven con temor. “¿Nadie nos va a salvar la vida? Somos gente joven y empeoramos cada día porque no recibimos los tratamientos o los insumos. Nosotros no tenemos recursos y la salud ya está dolarizada. Mi familia tuvo que endeudarse para comprar una bolsa de sangre en cien dólares para salvarme la vida”, expresó.
Siete trasplantados regresaron a diálisis
De 102 pacientes trasplantados registrados en Lara, siete regresaron a diálisis entre enero y julio de este año por carencia de inmunosupresores en las farmacias de alto costo del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss), informó Soribel Yustiz.
Subrayó que la entrega del esquema de medicamentos para trasplantados ha fallado y los que suministran han causado efectos adversos.
“En el Hospital Juan Daza Pereyra tienen cuatro meses sin entregar Micofelonato y en el Hospital Pastor Oropeza un mes. Podemos rechazar el órgano y volver a las unidades de diálisis que no tienen cupos”, lamentó.
Una caja de 50 pastillas de Micofelonato, de los inmunosupresores más empleados, cuesta 100 dólares americanos en Colombia, explicó. “Es imposible sostener ese gasto. Hoy recibimos una donación de la fundación Cuatro por Venezuela que ha entregado el medicamento en 16 estados del país porque la escasez es nacional”, apuntó.
Carmen Padilla, Douglas Morales, Susana Mujica y Soribel Yustiz, pacientes renales, desmintieron a las autoridades de salud locales que aseguran dotar de insumos y medicamentos los centros de salud. Foto: Liz Gascón
18 meses sin radioterapias
El portavoz de Fundaconvive, Víctor Martínez, habló del panorama de los pacientes con cáncer que suman 18 meses sin radioterapias en el Hospital Central Antonio María Pineda de Barquisimeto. Desde febrero de 2018 el acelerador lineal está dañado y las autoridades han atribuido al bloqueo de Estados Unidos el retraso en la importación de la pieza necesaria para devolverle la operatividad y ofrecer el tratamiento a pacientes oncológicos del occidente del país.
Un ciclo de radioterapias en servicios privados de Barquisimeto cuesta más de 400 dólares.
“Se nos suma el problema de que no tenemos estudios de imágenes en las redes hospitalaria ni ambulatoria y tampoco las quimioterapias aseguradas. En dos años de tratamiento, el Seguro Social no me ha dado una quimio, todas he tenido que comprarlas en Bogotá. La Avestin cuesta 1.300 dólares para un ciclo y Leucovorina entre 800 y 1.000 dólares. Además de que aparezcan los medicamentos, el Estado debería establecer convenios para los pacientes que no tienen recursos y cubrir los estudios y tratamientos en centros privados hasta rehabilitar los equipos”, planteó.
La unidad de diálisis La Pastora no cuenta con ascensor ni aire acondicionado. Hay déficit de personal especializado y pacientes en condición crítica. Foto: Liz Gascón
Laboratorios clausurados y farmacias vacías
Luisabeth Pernalete, insulinodependiente, contó que el director regional de salud, Javier Cabrera, había ofrecido para el 17 de julio la distribución de reactivos en laboratorios de centro de salud pública para que los pacientes renales, oncológicos y crónicos se realizaran exámenes de sangre, pero no ocurrió. Desde 2015, los estudios de laboratorio deben correr por su cuenta y ahora no tienen cómo cubrir este gasto porque el precio ha incrementado.
Por otra parte, señaló que las farmacias de alto costo del Ivss cada vez tienen menos medicamentos esenciales para los asegurados y en la Dirección de Salud han limitado la entrega de insulinas en las últimas semanas, arriesgando la estabilidad de los pacientes diabéticos.
“Ahora las personas tienen que amanecer en la cola porque solo dan 15 números diarios tres veces a la semana. La insulina no se puede suspender”, añadió.
El presidente del Colegio de Médicos del estado Lara, René Rivas, declaró que Lara tiene una crisis sanitaria sin precedentes y que los pacientes mueren o se agravan por no tener acceso a tratamientos de control.
Reveló que hay una fuga de especialistas, con más repercusión en los centros de salud pública, entre los que incluyen internistas, neumólogos, neurólogos y reumatólogos. “En el sistema público hay pocos especialistas para el seguimiento de pacientes oncológicos, de enfermedades crónicas o sistémicas como la artritis reumatoide”, esbozó.
Solicitan ayuda humanitaria
Los pacientes crónicos reiteraron la urgencia de que autoricen el ingreso de la ayuda humanitaria para hacerle frente a la emergencia humanitaria compleja. Igualmente señalaron que la Coalición de Ayuda Humanitaria no los incluyó en la veeduría de una dotación enviada a Lara recientemente, aunque los grupos de pacientes estaban coordinados y dispuestos a hacerle seguimiento a la distribución. Tampoco han recibido donativos de parte de esa organización.
La entidad tiene uno de los mayores porcentajes de pacientes crónicos del país y los más afectados son los renales, oncológicos y los dependientes de tratamientos médicos que ahora resultan inaccesibles.
