Caracas.- Las fallas en el funcionamiento del Hospital de Niños José Manuel de Los Ríos se han agudizado desde el inicio de la cuarentena por COVID-19, aseguró a El Pitazo Katherine Martínez, directora de la asociación civil Prepara Familia este miércoles 1 de abril. La activista denunció que las limitaciones en la movilidad han impedido desde el traslado de los pacientes para recibir tratamiento, hasta la realización de exámenes urgentes.
“La suspensión de las consultas trae como consecuencia que no hay monitoreo de los niños desnutridos, ni hay seguimiento para los niños que tienen patologías muy graves. Prácticamente solo se están atendiendo emergencias. Hay servicios que no se pueden parar, como el servicio de Nefrología, porque ahí es donde se hacen las diálisis, el de Oncología y el de Hematología”, sostuvo la activista.
La disposición, ordenada para contener la propagación del nuevo coronavirus, han puesto en un nivel de mayor vulnerabilidad a niños, representantes y personal de ese centro de salud, señaló Martínez. Hizo hincapié en que los más afectados son los pacientes con las afecciones más severas, pues cada día perdido puede representar un retroceso en su proceso de curación o un daño irreversible.
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“Estamos muy preocupados desde Prepara Familia por la situación de escalada de la emergencia humanitaria en este tiempo, debido a lo que ha pasado con el coronavirus. Las dificultades de movilidad, con el tema del manejo de la gasolina, todo esto complica la situación del país. Tenemos unos hospitales disminuidos, porque no se están atendiendo las consultas. No solamente en el J. M. de los Ríos, sino en otras unidades pediátricas”, aseveró.
La activista indicó que, a partir del decreto del gobierno de Nicolás Maduro, del pasado 15 de marzo, que obligó a la reducción del uso del espacio público y los traslados en sistemas de transporte masivo, cientos de pacientes dejaron de recibir atención para enfermedades crónicas. Pues, el hospital solo recibe estrictas emergencias, pese a no ser un centro centinela para la atención de casos con el virus.
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“Los niños que requieren quimioterapia están enfrentando muchas complicaciones para poder llegar al hospital, al igual que los médicos. Además, hay que tomar en cuenta que continua el suministro irregular de agua. En el área de nutrición se les sigue dando la misma dieta desde 2018, que no cumple con los requerimientos de sus patologías. Solo les dan arroz con granos al mediodía y en la noche, y una arepa sola en las mañanas”, contó.
Las madres cuidadoras y los médicos residentes también han padecido el rigor de la cuarentena. Todas las limitaciones han obstaculizado el acceso a alimentación adecuada y oportuna. Martínez, con más de una década de trabajo en el acompañamiento de representantes de los niños hospitalizados, reiteró su llamado para que las madres cuidadoras sean reincorporadas a los planes de alimentación oficiales, de los que fueron excluidas desde abril de 2018, sin justificación, adujo.
“En el caso de las madres cuidadoras es urgente que se piense en una política a nivel del Estado, que asegure que se le pueda proveer de alimentación a estas mujeres y a los médicos residentes. Y esto no debe implementarse solo en el J. M. de los Ríos. El Estado debería estar obligado a cumplir con la alimentación de este personal, más en una circunstancia de pandemia, que se sumó a la emergencia que ya se venía padeciendo en el hospital”, lamentó.
Los problemas para acceder a exámenes de laboratorio, interrumpidos hace más de un año por carencia de equipos, personal e insumos, son otra parte de las preocupaciones de Martínez. Enfatizó que, con la confirmación de casos en el país, anunciados el pasado 13 de marzo, las madres se exponen a permanecer en las calles, en búsqueda de un lugar donde procesen los análisis que a sus hijos les urgen para conocer su estado de salud.
“Debido a que desde hace más de un año en las instalaciones del hospital no se están haciendo los exámenes, que muchos niños necesitan actualizar a diario, muchas madres se están exponiendo, buscando en clínicas privadas donde sí haya reactivos y equipos. En el J. M. de los Ríos no están haciendo ni siquiera una hematología sencilla. Tampoco se está cumpliendo con los protocolos de bioseguridad. Las madres, los médicos y las enfermeras requieren de mascarillas y guantes”, enumeró.
Vietnam Vera, vicepresidente de la Sociedad de Médicos del J. M. de los Ríos, ratificó el reclamo y expresó que, pese a la poca afluencia de pacientes, el personal médico y de enfermería se mantiene en el establecimiento para ayudar en las áreas que permanecen operativas. Recordó que desde inicios de este año cuatro servicios suspendieron sus actividades indefinidamente por el déficit de personal, insumos y equipamiento.
“Gracias a Dios al J. M. de los Ríos no han llegado casos (de COVID-19). De llegar, tendríamos que remitirlos a otros centros, porque no tenemos asegurada ni nuestra propia protección. A pesar de que el servicio de Terapia Intensiva, donde laboro está cerrado desde antes por falta de equipos y personal, seguimos viniendo, mientras se pueda, para apoyar en lo que haga falta. No vamos a abandonar a los niños”, declaró.
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