Caracas.- El coronavirus que se originó en Wuhan, China, a finales de 2019 es la misma cepa que ocasionó la pandemia que, hasta esta publicación, afecta a 185 países. Esa es una de las conclusiones de una recién finalizada investigación del Centro de Investigación de Virus de la Universidad de Glasgow en Reino Unido.
De acuerdo con la evidencia hallada el SARS-CoV-2, patógeno que causa la enfermedad denominada COVID-19, no ha mutado en diferentes tipos como se había asegurado por la gran afectación en España e Italia. Hasta este estudio, varias investigaciones teorizaban acerca de una cepa más agresiva que mutó en Europa.
Así se justificaban las complicaciones asociadas al incremento sostenido de las muertes en el norte de Italia y en España, las dos naciones más afectadas por el coronavirus en Europa. Finalmente, los investigadores de la Universidad de Glasgow determinaron que actualmente solo circula una clase de virus. La conclusión está avalada en el análisis de muestras de distinta procedencia.
Los científicos aclararon, en un informe de la investigación divulgada en el portal de la revista Virus Evolution, que en general los virus mutan como un proceso de adaptación a las condiciones de su entorno. Esta predisposición no excluye al SARS-COV-2. Las alteraciones en la genética del agente viral ocurren casi al ritmo de su propagación. No obstante, estas mutaciones no tienen relación con los efectos que podrían causar en humanos. Es decir, no hace más grave la enfermedad.
Rastrear al enemigo
Otro de los resultados del estudio demuestra que las variaciones genéticas serían mínimas. Este descubrimiento certificaría la baja probabilidad de que los cambios constantes del código genético del virus se evidenciarían en un daño al portador. Este tipo de pesquisas ayuda a mejor el seguimiento de la evolución de la pandemia. Hasta esta publicación más de 3.800.000 personas han sido diagnosticadas con la infección.
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“Al analizar la amplia variación de la secuencia genética presente en los genomas del virus del SARS-CoV-2, el análisis evolutivo muestra por qué son infundadas estas afirmaciones de que actualmente circulan múltiples tipos del virus. Es importante que la gente no se preocupe por las mutaciones de los virus, son normales y esperadas cuando un virus pasa a través de una población. Sin embargo, estas mutaciones pueden ser útiles ya que nos permiten rastrear la historia de la transmisión y entender el patrón histórico de la propagación global”, expuso Oscar MacLean, quien encabezó la investigación.
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El origen de las especulaciones acerca de la mutación más agresiva del SARS-COV-2 se originó en los primeros hallazgos de la forma en que circula el patógeno. Las mutaciones ciertamente estaban presentes en las distintas muestras que se compilaron en esos estudios preliminares. Los análisis británicos establecieron que estas reconfiguraciones genéticas no tienen ninguna incidencia en la manera en como este virus ataca al ser humano.
