Caracas.- Trabajadores del Hospital Dr. Francisco Antonio Rísquez de Cotiza, en el noroeste de Caracas, aseguran que el centro de salud está cerca del colapso. Desde que en mayo llegaron los primeros 20 pacientes con el nuevo coronavirus la capacidad de atención se ha reducido al punto de que, desde este lunes, 3 de agosto, no se recibirán pacientes con otras afecciones. Así lo señaló Mayra Oropeza, enfermera del servicio de triaje de la institución.
La medida, que no tiene un carácter formal, fue discutida por el personal en una reunión de emergencia. En el debate, sobre las implicaciones éticas de su implementación, se acordó la reducción de los servicios de emergencia y consulta externa selectiva. Trabajadores y empleados concordaron en que este es una decisión extrema que se toma por la falta de barreras de protección ante el SARS-COV-2. Alegaron que sería revocada cuando se garantice una dotación adecuada de mascarillas, trajes especiales y guante.
“Tenemos más de seis semanas proponiendo alternativas para no llegar a esta situación. El hospital funcionaba a medias antes de la pandemia. Al llegar estos casos se hicieron obvias las carencias. No hay agua constante y así no podemos garantizar una atención responsable. Esta es una decisión extrema, lo sabemos, pero es lo único que podemos hacer a estas alturas”, expuso.
LEE TAMBIÉN
Fetrasalud registra 34 trabajadores de la salud muertos por COVID-19
Este cierre preventivo se suma a la suspensión de cirugías oftalmológicas, especialidad del centro asistencial. La interrupción de las operaciones inició como consecuencia de las restricciones que se ordenaron para prevenir la propagación de la enfermedad viral. Debido a esto desde esta semana todas las unidades operativas del hospital se mantienen abiertas solo para atender casos de COVID-19. De los 65 cupos disponibles para atención general, 23 lo ocupan personas con el virus.
Centinela forzado
Hasta esta publicación, 23 pacientes con COVID-19 permanecían aislados en el establecimiento. Estos completan una lista de cerca de 150 diagnosticados atendidos desde mayo Entonces, por el déficit de camas en los centros centinelas, se dispuso de este hospital para aislar a casos comunitarios de zonas aledañas. Esas instalaciones no figuraron en la lista de centros piloto para despistaje, seguimiento y tratamiento de pacientes con coronavirus. Su designación accidental está lejos de cesar ante el auge en el ritmo de trasmisión en Distrito Capital.
“Nosotros no somos centro centinela. Y esa fue la justificación que la directiva nos daba cuando pedíamos más protección. Dejaron sobre nuestros hombros la responsabilidad del contagio de pacientes de otras áreas. Por eso decidimos suspender. Atendemos solo los casos que nos remiten, porque tampoco hay pruebas rápidas y las de laboratorio se reservan para el egreso de los pacientes que tenemos en aislamiento. Hay escasez de todo”, señaló Abigail Gómez, enfermera.
LEE TAMBIÉN
Renuncian 10 médicos de Clínica Popular El Valle por riesgo de contraer COVID-19
Las deficiencias son notorias en todo el abordaje de los pacientes. Pese al bajo número de hospitalizados, en comparación con otros centros de salud, la alimentación solo está garantizada dos veces al día. Los pacientes deben buscar por sus medios la cena y proteínas para el almuerzo. Esta situación afecta a internos de otras áreas. Aunque el manejo de los alimentos de los pacientes con coronavirus no es responsabilidad del hospital, sino del Ministerio de Salud.
Desde antes de que se confirmaran los primeros casos de infección por SARS-COV-2 personal sanitario ha exigido el suministro de equipos especiales de protección. De acuerdo con el registro de las agencias de la Organización de Naciones Unidas en Venezuela, hasta mediados de julio un total de 212 trabajadores de la salud habían contraído la enfermedad.
