Los Teques.- La familia del teniente de los Bomberos de Caracas, Juan Lara, quien falleció el lunes, 7 de julio, en Los Teques a causa de COVID-19, denunció las precarias condiciones en las que se labora en el Hospital Victorino Santaella, donde estuvo hospitalizado durante tres días.
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En informaciones publicadas en redes sociales por familiares del teniente Lara se destaca que el funcionario bomberil, en sus labores, tuvo contacto con muchos enfermos de COVID-19: «Juan, con las pocas medidas de bioseguridad, trabajaba a diario, pero lamentablemente se contagió».
Destacaron que el bombero, apenas se sintió mal, acudió a la sede de Salud Chacao, con insuficiencia respiratoria aguda. “Luego fue trasladado al Hospital Clínico Universitario, donde no había cama, finalmente al Hospital Victorino Santaella de Los Teques, donde falleció a los días”, dijeron sus familiares.
Destacaron que el funcionario no se “automedicó”, como dijo el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, al dar el parte del fallecimiento. “Tampoco era obeso como mencionó”, dijeron.
La familia indicó que en el Hospital Victorino Santaella no contaban con los tomógrafos, laboratorios, rayos x, ni dexametasona. Lara era hipertenso controlado, condición que agravó el contagio del virus pandémico.
Por otra parte, familiares de un comerciante altomirandino denunciaron este fin de semana que falleció a causa de una bacteria altamente resistente que contrajo en el centro de salud de la capital mirandina. “Quiero que el mundo sepa que en ese hospital mataron a mi tío”, dijo uno de los allegados.
El equipo médico de neurocirugía del centro asistencial “no dio respuesta al caso de mi tío y nos pidieron todo. Tuvimos que vender carros, endeudarnos para poder llevar cada medicina que nos pedían y por negligencia lo dejaron morir”, dijo un familiar, quien pidió resguardar su identidad por seguridad.
El hombre, de 42 años de edad, llegó al centro de salud con una crisis hipertensa, lo hospitalizaron y a los pocos días le diagnosticaron una bacteria que le estaba ocasionando severos daños cerebrales. 15 días estuvo hospitalizado en el centro de salud altomirandino. “Nos pedían de todo, hasta los algodones”, refirió a El Pitazo el denunciante, al destacar que este lunes acudió al Ministerio Público a formular la denuncia del caso.
Denunció las precarias condiciones en materia de insumos y de mantenimiento del hospital donde “ni siquiera limpian los baños y está contaminado en cada área”, finalizó.
Un grupo de médicos del hospital tequeño señaló no contar con los insumos para atender el área de emergencias general ni pediátrica por no tener equipos ni material.
“Si nos llega una emergencia no tenemos ni suero para hidratar a un niño y mucho menos un yelco para suministrar tratamientos”, dijo una de las médicos residentes del centro asistencial.
Eva González denunció que el pasado 8 de julio acudió a la sala de emergencias pediátricas con su hija, de dos años de edad, quien se había introducido una comida en la nariz.
«Sin ni siquiera verla, la revisaron con una linterna de teléfono y dijeron que no podían hacer nada», narró al calificar de irresponsables a los médicos quienes solo sugirieron que la llevara al Hospital JM de los Ríos en Caracas «en plena cuarentena y en la noche”.
González solo atinó a decir que ir al hospital de Los Teques es sentenciar a morir a los niños.
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