Caracas.- Expertos de la medicina en Venezuela, consideran que llevar a cabo un proceso de vacunación en el país contra el COVID-19 con el uso de proyectos experimentales como es el caso de las vacunas cubanas Abdala, representa una violación a la Constitución y vulneración de los derechos humanos de la población.
El Pitazo consultó este 28 de junio, vía telefónica al presidente de la Academia Nacional de Medicina, Enrique López-Loyo, y al Coordinador Nacional de la Organización No Gubernamental (ONG), Médicos Unidos de Venezuela, Jaime Lorenzo, quienes coincidieron, en que a través de la decisión del gobierno de Nicolás Maduro, de aplicar a la población venezolana el principio biológico vacunal Abdala, se irrespetan varios principios universales y acuerdos internacionales suscritos por la nación en materia de medicina y salud.
«Si buscas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, verás que en el capítulo 3 de los Derechos Civiles, en el articulo 46, en su punto número 3, dice claramente que ninguna persona puede ser sometida sin su libre consentimiento a experimentos científicos o exámenes médicos de laboratorio, excepto cuando se encuentre en peligro su vida», refirió Lorenzo.
Asimismo, el coordinador de la ONG Médicos Unidos de Venezuela, recordó que el país ha suscrito la declaración universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la Unesco, así como también el Pacto de San José que prevé derechos y libertades que tienen que ser respetados por los Estados partes y que «por supuesto incluyen derechos fundamentales relacionados al ámbito de la salud».
Por su parte, Enrique López-Loyo, reitera que ante esta situación, la Academia Nacional de Medicina, es clara y firme al precisar que el uso de las fórmulas vacunales Abdala como vacunas ya aprobadas, pone en peligro los protocoles convencionales que exigen que la utilización de productos experimentales tienen que pasar por una revisión de evaluaciones clínicas a través de una comisión de bioética.
«Además, en su uso con seres humanos, deben ser regidas por un consentimiento informado. Igualmente, los productos experimentales o que están en una fase clínica de estudio se utilizan en grupos reducidos de personas, por lo que resulta muy inconveniente que el gobierno anuncie que se van a utilizar 12 millones de dosis en Venezuela, puesto que significa una vacunación masiva con un producto experimental que no tiene el aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para su uso de emergencia ante la pandemia, ni de ninguna publicación de prestigio internacional que de cuenta de la eficacia de la fórmula vacunal Abdala», expresó.
López-Loyo, precisó que el uso de las vacunas Abdala puede resultarle pertinente al gobierno de Nicolás Maduro, pero no es lo correcto. «Considero que de acuerdo a la normativa internacional y a nuestras tradiciones hay una violación flagrante de todos estos procesos y principios éticos; además representa un error histórico importante en el ámbito de la salud pública venezolana, lo que se traduce a que el país entre otros aspectos ha perdido su soberanía sanitaria», detalló.