Caracas.- Las atípicas reinfecciones por COVID-19 también son estudiadas por la comunidad científica alrededor del mundo. En un nuevo estudio de este fenómeno, difundido en el portal de la revista especializada Lancet, científicos coincidieron en que aún no existe evidencia científica que permita determinar el grado de respuesta inmune de la enfermedad.
Desde los primeros contagios detectados en China hace poca más de un año, apenas se han confirmado cinco casos de reinfección. De momento solo Hong Kong, Bélgica, los Países Bajos, Estados Unidos y Ecuador han podido comprobar reaparición de síntomas en pacientes que ya habían dado positivo a la enfermedad meses antes. La mitad de estos reinfectados desarrolló síndrome respiratorio agudo severo. Y en ninguno de los pacientes se logró constatar la carga de anticuerpos.
“La respuesta inmune protectora a la infección por SARS-CoV-2 no se comprende completamente. Sin embargo, se ha demostrado protección contra enfermedades graves en modelos animales y se ha inferido en seres humanos infectados con el virus. Curiosamente, la prueba de anticuerpos realizada durante el primer evento de infección mostró la presencia de IgM anti-SARS-CoV-2 específica y no IgG. No obstante, no es posible usar pruebas de anticuerpos convencionales para determinar si se desarrolló una respuesta inmune protectora”, aclaró el informe.
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Hallazgos
El más reciente de todos los casos fue el del ciudadano ecuatoriano. El paciente, un hombre de 46 residente en Quito, presentó síntomas con dos meses de diferencia. En mayo recibió atención médica luego de pasar tres días con un intenso dolor de cabeza y somnolencia. En la segunda infección mostró afecciones más severas, que incluyeron más severos e incluyeron congestión nasal, fiebre de más de 38° C, dolor de espalda, tos y disnea. Su cuadro supone una contradicción al patrón documentado hasta ahora, recalcaron los expertos.
“Aunque anteriormente se han informado reinfecciones por coronavirus que causan el resfriado común, los síntomas de las reinfecciones suelen ser más leves que los de las infecciones primarias. Por tanto, fue sorprendente que nuestro paciente presentara una enfermedad más grave con la segunda infección que con la primera, especialmente porque el paciente no presentaba ninguna condición clínica adicional que pudiera explicarlo”, razonaron.
Pese al estudio de los casos, todavía no se encuentran elementos para prever las condiciones que conllevan a una reinfección. También se desconoce a si está asociado a una mayor exposición a la carga viral. Los tiempos de inmunidad, al parecer son variables entre cada organismo. La edad o condiciones clínicas preexistentes tampoco son un factor que predisponga a esta nueva infección. En la revisión de la historia médica de los reinfectados no se halló una mutación. Es decir, la misma cepa atacó dos veces a organismos que no desarrollaron protección.
“No se observaron mutaciones compartidas entre las dos secuencias, lo que sugiere además que ambas variantes resultaron de trayectorias evolutivas distintas. Previamente se ha informado un aumento de la gravedad de las segundas infecciones por SARS-CoV-2: en un hombre sano de 25 años en Nevada, EE. UU., y en una mujer inmunodeprimida de 89 años en los Países Bajos, que resultó en su muerte”, detallaron.
