La vacuna rusa Sputnik V, cuyo primer lote llegó este 1 de octubre a Venezuela, ha estado envuelta en polémica desde el mismo momento en que iniciaron los estudios que dieron paso a su aprobación por parte del Gobierno de Rusia.
Científicos y algunos Gobiernos del mundo, principalmente el de Estados Unidos y de algunos países de la Unión Europea, cuestionan sus niveles de eficacia y seguridad, tanto así que dejaron claro que no apostarán por vacunas contra el COVID-19 que sean desarrolladas en Rusia.
A continuaciones te presentamos en claves algunas de las razones por las cuales los voceros de estos Gobiernos desestiman a la Sputnik V, primera vacuna anunciada contra el agresivo virus pandémico.
Delcy Rodríguez anuncia la llegada del primer lote de vacunas rusas contra el COVID-19
1.- La rapidez con la que Rusia aprobó y presentó la vacuna es una de las principales razones por las que genera desconfianza en parte de la comunidad de científicos del mundo y de Gobiernos como los de Estados Unidos y países de la Unión Europea.
2.- Aun espera por la fase tres. Otra de las razones de peso que tienen algunos científicos para dudar de la vacuna rusa es que esta aún no pasa por la fase III de pruebas, que consiste en ensayos clínicos que se extienden durante meses. Contrario a ello, Moscú decidió comenzar a vacunar y en paralelo hacer los ensayos pues las autoridades sanitarias de esa nación dicen estar completamente seguras de la eficacia de la vacuna.
3.- Ante las críticas, Rusia alegó que su vacuna pasó por las pruebas de seguridad. Explicaron sus científicos que las dosis fueron probadas en distintos tipos de roedores y primates antes de ser probadas en dos grupos de personas, formados por 38 miembros cada uno. Sin embargo, la OMS dice que las vacunas deben ser probadas en miles de personas antes de ser consideradas seguras.
4.- Científicos alrededor del mundo presionan para que Rusia presente datos exactos y transparentes sobre las pruebas clínicas realizadas para el uso de la vacuna. Uno de ellos fue el biólogo y bioético italiano, Enrico Bucci, quien en una carta publicada el 7 de septiembre mostraba su preocupación por lo sospechosos que resultaban los datos de las pruebas realizadas en los dos grupos de 38 personas en los que fue administrada la vacuna. La mayoría generó la misma cantidad de anticuerpos, además también llamaron la atención extraños patrones de datos duplicados. La carta fue respaldada por 16 científicos.
5.- Los científicos que firmaron la carta de Bucci también mostraron desconfianza por la similitud de los datos. «Generaron anticuerpos casi idénticos», argumentaron.
6-La noticia sobre la aprobación de la vacuna rusa fue recibida con cautela por parte de la Organización Mundial de la Salud. Cuyos voceros exhortaron a las autoridades sanitarias de Rusia a completar las tres fases de ensayos necesarios para que la fórmula sea completamente segura.
7.- La OMS también le exigió a Rusia que se apegue a las normas internacionales existentes para la producción de vacunas contra el COVID-19.
8.- Por su parte el médico internista e infectólogo venezolano, Julio Castro, aseguró este 2 de octubre que lo que llegó a Venezuela desde Rusia no es una vacuna, sino un estudio. Argumentó que para considerarla una vacuna segura esta debe pasar por los estudios internacionales reglamentarios.
9.- Castro reiteró que la Sputnik V debe cumplir con todos los protocolos de investigación nacionales e internacionales.
10- Castro también considera que los datos que se tienen a nivel mundial sobre la vacuna rusa no son transparentes y por esa razón no genera confianza.
