Maturín.- La falta de suministros sigue comprometiendo la salud de los pacientes en el Hospital Universitario Dr. Manuel Núñez Tovar. En la emergencia de adultos, un grupo de enfermos denunció que deben comprar antibióticos, analgésicos, yelcos y guantes para ser atendidos.
Diariamente cada uno puede gastar un mínimo de 250.000 bolívares, según la patología que presente. Milagros Freites tiene un familiar operado de apendicitis y contó lo que han pasado desde su ingreso hace tres días. “Llegamos de noche. Había dos médicos y una enfermera, pero sin los antibióticos y el resto de suministros que necesitaban para operarlo”, dijo.
Además de los antibióticos, le pidieron las suturas. “Tuvimos que esperar que amaneciera para que lo operaran, porque en la ciudad no hay farmacias de turno durante las noches”, agregó. Gastaron 800.000 bolívares, dinero que reunieron entre varios miembros de la familia.
“Aquí es difícil curarse porque hasta para que te pongan un tratamiento hay que hacer cola”, expresó un adolescente recluido con una puñalada en la espalda. El muchacho, de 17 años, se refiere al déficit de enfermeras en el servicio de emergencia. A veces queda una sola para atender a 70 pacientes o más.
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Luis Sandoval es otro paciente. Tiene un mes hospitalizado y aseguró que ya perdió la cuenta de lo gastado para recuperarse de un tiro que le dieron en un robo. Cuando lo llevaron al Núñez Tovar estaba inconsciente, y a la persona que lo acompañaba le entregaron un listado con los materiales necesarios para atenderlo.
En todos estos días hasta la alimentación ha tenido que costearse porque en el centro asistencial no le garantizan una dieta. Come pollo, carne o granos porque sus padres se esfuerzan para comprarle esos alimentos. Desde finales de 2018, en el hospital no entregan proteínas, solo porciones reducidas de carbohidratos.
Empleados del centro asistencial aseguraron que desde hace un mes no llega dotación de medicamentos al hospital. Lo que antes era enviado no alcanzaba ni siquiera para atender a los pacientes de la emergencia ni a los de los cinco pisos. A todos los enfermos les suministran paracetamol.
La semana pasada, un grupo de médicos residentes alzó su voz para denunciar que son objeto de agresiones físicas y verbales debido al déficit de suministros. El Pitazo intentó establecer contacto con dos de los voceros, pero ninguno contestó los mensajes de texto. En esa oportunidad exigieron redoblar la seguridad interna para evitar este tipo de atropellos mientras cumplen con su deber.
Ese día, los afectados aseguraron que lo que llega al hospital es material,
como gasas, con el que no se le salva la vida a un paciente y que la dirección del hospital es la que autoriza la entrega de medicamentos. Además, el servicio de farmacia no funciona las 24 horas.
