La rutina diaria de los venezolanos ha cambiado como consecuencia de la falta de agua potable. 88% de los venezolanos reportó que almacena agua en tanques, baldes y demás envases plásticos para paliar las fallas en el suministro, es decir que en casi nueve de cada diez hogares del país existe un estilo de vida condicionado por el racionamiento gubernamental.
Los datos corresponden a una encuesta de percepción ciudadana, realizado por el Observatorio Venezolana de los Servicios Públicos (Ovsp), en siete ciudades del país entre el 21 de agosto y el 1 de octubre de 2019.
“Almacenar agua se ha convertido en una práctica transversal, independientemente del estrato o la localidad en donde se encuentren las personas”, explicó Julio Cubas, presidente del observatorio durante una entrevista con El Pitazo.
Si bien el 91% de los consultados por Ovsp aseguró que tiene acceso a tuberías de agua corriente, la distribución del recurso presenta múltiples intermitencias para llegar a los hogares. Solo 23% señaló que tiene agua constantemente. 46 % de los venezolanos recibiría el servicio menos de cuatro días a la semana, mientras que 7 % tiene agua una sola vez al mes.
11% de los encuestados dijo que no recibe agua potable ningún día a la semana.
La situación ha traído como resultado que este servicio sea el que menos goce de aceptación entre la población. 65% de los venezolanos lo evalúa de forma negativa frente a un 34% de opiniones favorables. San Cristóbal, Táchira, es la única ciudad que alcanza el 70% de valoración positiva del servicio.
“Según nos cuentan los expertos, San Cristóbal, Mérida y otras ciudades andinas tienen tomas de alta montaña que distribuyen por gravedad y eso facilita el acceso al agua en la región”, aseveró Cubas al respecto.
Julio Cubas, presidente del Ovsp
El Observatorio Venezolano de los Servicios Públicos también dedicó un apartado a la potabilización del agua por ciudad. 40% de los consultados dijo que la hierve; 28% compra agua embotellada y 19 % usa filtros comerciales. Tan solo 4 % usa cloro o pastillas purificadoras para potabilizar agua.
En ciudades como Valencia, 63% manifestó que adquiere agua embotellada ante la falta de bombeo regular de las hidrológicas de la región.
El ingeniero y exdiputado regional Germán Benedetti afirmó a El Pitazo que estas condiciones se han desarrollado debido a la negligencia gubernamental en la ejecución de obras de saneamiento de control hidráulico en embalses de Carabobo, Aragua y Cojedes, a cargo de Hidrocentro.
“No solamente no tenemos agua potable, sino que lamentablemente por ocultar esas obras, que no se completaron y por las que se gastaron 730 millones de dólares, estamos sufriendo por agua contaminada en nuestros hogares”, denunció Benedetti.
Puntualmente, el experto se refirió a obras ordenadas a través de al menos cinco decretos presidenciales (el primero en 1999) bajo el gobierno del fallecido exmandatario Hugo Chávez. El incumplimiento de estas obras provocó que embalses de agua dulce como Pao Cachinche (Carabobo), y Pao La Balsa (Cojedes) “fueran salinizados y contaminados”, al igual que el de Camatagua (Aragua), que suministra agua al 80% de la población de la Gran Caracas, de acuerdo con el exlegislador carabobeño.
Un informe de Contraloría del estado Carabobo en 2010 dio cuenta del incumplimiento en la ejecución de estos planes de mantenimiento. Benedetti dijo que estas denuncias fueron presentadas ante el Ministerio Público, la Contraloría General, la Vicepresidencia de la República, entre otros organismos del Estado, sin que hasta ahora se hayan tomado medidas al respecto.
Asimismo, destacó que la situación por la escasez de agua se ha acrecentado, debido a los continuos cortes de energía eléctrica que afectan, principalmente, a la región central y estados del occidente del país.
“Actualmente los embalses de agua están llenos de agua por las lluvias, solo que no hay electricidad para sacarla. Corpoelec apenas produce 5.500 megavatios, cuando la demanda nacional para el año 2009 era 17.300 megavatios. Las plantas termoeléctricas que consumen gas o gasoil no están funcionando porque no llegan los insumos de Pdvsa, además, personas inexpertas que están en Corpoelec han dañado todas las subestaciones eléctricas”, manifestó.
Durante el primer trimestre del año, cuando Venezuela enfrentaba los mayores apagones en su historia, el Plan País, una plataforma de políticas públicas apoyada por la Asamblea Nacional (AN), presentó una serie de medidas para asegurar la recuperación de los servicios públicos, una vez se concrete un cambio político.
Entre las propuestas se encuentra establecer un plan para recuperar 30% de la capacidad del suministro de agua en seis meses en las principales ciudades del país. Para ello, los expertos del Plan País estiman una inversión de 400 millones de dólares.
Actualmente, solo 55% de la infraestructura hidráulica venezolana se mantiene operativa. El 45% restante, que fue construido previamente al año 1998, está fuera de servicio, según datos arrojados por el Plan País.
Durante los primeros 90 días de un eventual gobierno de transición, la plataforma de la AN se trazó cumplir, como metas prioritarias, la recuperación de la infraestructura nacional, garantizar 50 litros de agua por persona, por día y que esta sea de calidad.
“Eso es complicado, pero lo vamos a lograr. ¿Es complicado por qué? Porque el efecto país nos ha dado durísimo en el tratamiento de las aguas. ¿Qué es el efecto país? Las empresas que producen las sustancias químicas, destruidas. Las empresas que tienen que trabajar dentro de las empresas de tratamiento, destruidas”, dijo el ingeniero Norberto Bausson, durante la presentación de la sección del Plan País dedicada a los servicios públicos, realizada a fines de marzo de 2019.
ACTUALMENTE, SOLO 55% DE LA INFRAESTRUCTURA HIDRÁULICA VENEZOLANA SE MANTIENE OPERTATIVA
Pese a que el almacenamiento de agua se presenta como una solución parcial para los venezolanos por la intermitencia del servicio en los grifos, realizarlo de forma inadecuada puede poner en riesgo la salud de los ciudadanos. Fernando Morales, químico de la Universidad Simón Bolívar (USB) con posgrado en Biología explicó a El Pitazo que el agua puede contener dos tipos de contaminantes: químicos y microbiológicos.
“El primero es menos frecuente y menos importante para generar daños a la salud a menos que se produzca un consumo prolongado. Mientras que la microbiológica (virus, bacterias, parásitos) pueden causar daños severos en muy corto plazo, horas o días, por el contagio de enfermedades como cólera, hepatitis, amebiasis, giardiasis, entre otras”, indica el experto.
Morales recomendó hervir el agua que llega por las tuberías por al menos cinco minutos como principal método para controlar la concentración de microorganismos patógenos. Otra opción es hacer uso de filtros comerciales de carbón para eliminar olores, sabores para luego desinfectar con ozono o con un filtro de radiación ultravioleta o con un filtro de plata. “Sin embargo, estos son procesos algo costosos”, advirtió.
“Cuando la gente acumula agua en tanques, las probabilidades de infección se incrementan porque si el agua fue desinfectada, es bastante probable que la capacidad residual del desinfectante se pierda durante el almacenamiento, debido que generalmente el agua contiene sólidos en suspensión porque no está bien tratada o se ensucia durante la distribución, los tanques se convierten en un nicho para el crecimiento de microorganismos”, explicó.
En estos casos, el profesor de la USB sugirió a los ciudadanos volver a desinfectar estos depósitos añadiendo entre una o dos gotas de cloro comercial o legía, que contenga entre 3,5 y 4% de pureza.
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