Casi ocho kilómetros internos, una vía de acceso principal, cinco alternas, siete escuelas y hasta una iglesia suenan imponentes para intentar describir solo a una urbanización con casi 50 años de fundada, pero cuando este vasto espacio está plagado de fallas, grietas y derrumbes entonces el mundo se vislumbra pequeñito para quienes habitan allí.
Una hora de recorrido en moto basta para descubrir las grietas que definen el rumbo de los habitantes de la urbanización Luis Hurtado de El Junquito, municipio Libertador, donde cinco de las seis vías que conectan a esta comunidad con el exterior están colapsadas y la única restante pende de un hilo.
La entrada principal a la cual se accede desde el Kilómetro 4 de El Junquito se derrumbó hace dos meses. La zona llamada “El Edificio” colapsó debido a un bote de agua, nunca reparado por Hidrocapital, y la infraestructura por la cual se le dio el nombre a este espacio cayó junto a la mitad de la calle, dejando la vía intransitable.
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