La penumbra y la delincuencia ganaron espacio y consiguieron nota sobresaliente en el Núcleo Experimental Armando Mendoza de la Universidad Central de Venezuela (UCV), ubicado en Cagua, estado Aragua.
La casa de estudios, inaugurada en 1979, venía muy golpeada por el hampa desde el año 2019 y comienzos de 2020. La cuarentena social por el COVID-19 prácticamente la desahució.
El estudiante de ingeniería eléctrica y secretario de Propaganda de la Federación de Centros Universitarios (FCU-UCV), Héctor Pinto, volvió el lunes 8 de junio, después de cuatro meses, a su segunda casa, y así como cuando te falta el aire y estás a punto de llorar, recorrió lo que queda de la institución.
Lo primero que le impresionó fue ver que la placa ubicada en la entrada, que le dio la bienvenida en 2018 cuando ingresó con 18 años de edad a la universidad, ya no estaba. Quizás esté fundida, como todo el cableado que fue robado a cuentagotas, hasta dejar sin luz a todo el edificio.
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«Ver el núcleo así me dolió mucho. Al llegar, mi primera impresión fue notar que la placa de la entrada no estaba en su pedestal. Observar cómo está destruida y recordar tantos buenos momentos que he vivido en dos años, me llenó de impotencia y rabia», comentó Pinto.
El estudiante visitó la UCV Cagua junto al director del núcleo, Manuel Barrios, y el presidente del Centro de Estudiantes, Omar Marroquí. Los tres quedaron sorprendidos al ver la destrucción y el abandono.
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«Las instalaciones de nuestro espacio universitario se han visto gravemente afectadas en el período de cuarentena. Las pérdidas son incalculables por los robos que hemos sufrido, pero lo peor es que hemos visto ahora ensañamiento contra las instalaciones», indicó Pinto.
El estudiante precisó además que abrieron boquetes en las paredes de la Dirección y que en algunos salones han roto paredes para sacar los aires acondicionados. «Ahora también han defecado en las oficinas de los profesores de química, estadística y en la Dirección», lamentó.
El núcleo de Cagua es un centro extramuros de la UCV, donde hacen sus primeros semestres los estudiantes de la Facultad de Ingeniería del centro del país. Allí se forman ingenieros de procesos industriales y cuenta con un ciclo básico que prepara en una primera etapa a los estudiantes de ingeniería civil, eléctrica, geodésica, geofísica, geológica, hidrometeorológica, mecánica, metalúrgica, minas, petróleo y química.
En la actualidad, 400 estudiantes y cerca de 50 trabajadores, entre profesores y obreros, están en el limbo porque sus espacios de estudio y trabajo prácticamente no existen.
«Hago un llamado a las autoridades universitarias, especialmente a la rectora, Cecila García Arocha, y a la decana de Ingeniería, María Esculpi, para que tomen acciones urgentes e inviertan en seguridad para el resguardo de nuestra sede», expresó el secretario de Propaganda de la FCU-UCV.
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En el año 2019, los delincuentes entraron 18 veces solo para llevarse el cableado y otros equipos. Desde el 14 de octubre el núcleo no tiene electricidad. Entre enero y marzo de 2020 han robado en 6 oportunidades. En total, 24 robos. «Luego de esa fecha no es posible calcular cuántas veces el hampa ha entrado a la universidad», lamentó el estudiante de ingeniería eléctrica.
Héctor Pinto quiere volver a la institución universitaria que lo albergó como en casa, así como hizo con su padre hace 40 años y luego con sus tíos y primos. Está convencido, después de recorrer cada pasillo, que están tratando de acabar con la institución con el fin de cerrarla. Pero también está claro en que el desastre y la destrucción de la sede es corresponsabilidad de las autoridades universitarias, a quienes recordó que la UCV Cagua también es la Universidad Central de Venezuela.
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