Mantener la iluminación en los hogares y la conexión a internet durante los apagones cuesta dinero. Tener bombillos, linternas y ventiladores recargables, así como plantas eléctricas en diferentes variedades, pareciera un asunto intrascendente en cualquier país del mundo, pero en Venezuela es una necesidad, debido a la duración y frecuencia de los cortes eléctricos.
La mínima inversión se encuentra entre 2 y 8 dólares para un bombillo recargable, mientras que la máxima estaría alrededor de 3.650 dólares por una planta eléctrica que funcione para mantener encendida toda la casa.
La calidad del producto y el tiempo de duración está asociado al costo. El ingeniero electricista Antonio Patiño considera que todas las personas necesitan una linterna de bolsillo o lámparas recargables para iluminar, por lo mínimo, un ambiente durante los cortes nocturnos y evitar accidentes domésticos. Recomienda las de menos de 30 vatios por su autonomía.
Uno de los artículos que empezaron a tener alta demanda en Venezuela son los UPS –por sus siglas en inglés– que son dispositivos pequeños, de fácil manejo, que tienen una alimentación ininterrumpida de energía, gracias a sus baterías o a otros elementos de carga, los cuales pueden proporcionar energía eléctrica por un tiempo limitado a todos los aparatos que tenga conectados.
INVERTIR EN TECNOLOGÍA RECARGABLE ES LO SOÑADO PARA SOBREVIVIR A LOS CORTES ELÉCTRICOS, PERO EN VENEZUELA, CUANDO EL SALARIO MÍNIMO ES MENOR A 2 DÓLARES AL MES, SE HACE CUESTA ARRIBA LOGRARLO
“En mi casa he comprado bombillos recargables, un UPS y un ventilador con una inversión de 155 dólares en total”, destacó María Pérez, habitante de Palavecino, estado Lara.
Los UPS tienen un costo estimado entre 40 a 90 dólares, el precio varía por la capacidad de conexión de varios equipos (teléfonos, laptops, power bank) y por la duración de la carga durante un corte eléctrico, los más económicos proporcionan unas tres horas de carga, incluso, funciona para mantener encendido el sistema wifi de internet.
“Compré un UPS porque quería mantener el wifi Cantv encendido durante el apagón, pero resulta que donde vivo, cuando hay cortes eléctricos, también se apagan las antenas de la operadora, entonces quedé en lo mismo, sin internet. El aparato solo lo uso para cargar los teléfonos”, indicó Mariángel Durán, otra habitante del municipio Palavecino.
UNO DE LOS ARTÍCULOS QUE EMPEZARON A TENER ALTA DEMANDA EN VENEZUELA SON LOS UPS, DISPOSITIVOS QUE TIENEN UNA ALIMENTACIÓN ININTERRUMPIDA DE ENERGÍA, GRACIAS A SUS BATERÍAS O A OTROS ELEMENTOS DE CARGA
Estas previsiones no están escritas en los manuales, porque Venezuela no tiene reglas fijas en cuanto a cortes eléctricos y señales telefónicas caídas. En el mismo estado Lara, en la zona de Barquisimeto, la capital, los UPS sí son efectivos, porque las antenas de Cantv tienen plantas eléctricas que permiten que la señal continúe a pesar del apagón.
En cuanto a la conexión, estos aparatos también funcionan para las personas que han contratado servicios de internet satelital, otra inversión que ha aumentado en los hogares debido al teletrabajo y la educación a distancia.
“El UPS es como un power bank (cargador portátil) mucho más grande, con él pueden enchufar varios equipos pequeños al mismo tiempo. Es una buena relación costo y valor”, expresó Juan Prieto, vendedor de una tienda de productos electrónicos.
En un recorrido realizado por las principales tiendas de Barquisimeto y Coro, los comerciantes informaron a El Pitazo que el producto recargable más vendido es el ventilador, de hecho, en casi ningún local de Coro tienen existencia debido a la alta demanda.
“He tenido que comprar power bank, bombillos recargables, corneta Bluetooth, ventilador pequeño recargable, sin contar las suscripciones de Netflix para hacer llevadero las horas del corte”, comentó Miguel Zambrano, quien trata de ver series, previamente descargadas, cuando los apagones son nocturnos y el calor impide un sueño reparador.
En Yaracuy, según los dueños de negocios en San Felipe, el recargable más vendido son las linternas, por ser uno de los productos más económicos del mercado y de gran utilidad a la hora de un apagón. Los radios portátiles también tienen alta demanda.
“El artículo que más vendemos son las linternas recargables de bolsillo por ser las más baratas del mercado. Su costo es de 1.200.000 bolívares para la linterna pequeña, un 1.900.000 para la mediana y 2.500.000 para la linterna grande”, explicó un vendedor en el centro de San Felipe.
Mariángel Durán, habitante del estado Lara
Sin embargo, hay personas que no tienen acceso a comprar ningún producto recargable y solo pueden alumbrarse con velas.
«Gasto 250.000 bolívares cada quincena para comprar velas, pues los cortes eléctricos en la Ciudadela Hugo Chávez Frías son de 7:00 pm a 10:00 pm todos los días», dijo Nelmary Araujo, habitante de San Felipe.
La creatividad también está presente en los venezolanos, como declaró Johilsa de Bavaresco, quien explicó que entre su esposo y un vecino hicieron una lámpara recargable con laminillas de bombillos led y un cargador viejo de teléfono, que les funciona para alumbrarse durante los cortes eléctricos.
Lisbeth Parra, habitante de Coro, declaró a El Pitazo que ha comprado dos bombillos, un ventilador y una lámpara LED para sobrevivir a los apagones diarios, de aproximadamente cuatro horas. Sin embargo, admitió que la inversión la pudo hacer porque tiene familiares en el extranjero que le envían remesas.
“No he comprado nada recargable, nos alumbramos con la linterna del teléfono, hasta que se apague”, dijo Francis Toledo, habitante del estado Lara.
Casi 4.000 dólares ha invertido César Terán para mantener con energía y con conexión a internet su hogar, mientras duran los cortes eléctricos, entre cuatro hasta ocho horas diarias, en el estado Lara, en su caso específicamente en el municipio Palavecino.
“Adquirí una batería de 800 amperios, un inversor de 500 vatios, cargador de batería, planta eléctrica y cinco bombillos recargables, además de un wifi portátil, porque en mi zona, cuando hay corte, la señal de ABA Cantv se pierde”, detalló el señor Terán.
Pero ¿qué es un inversor de corriente? Un inversor es un dispositivo que cambia o transforma una tensión de entrada de corriente continua a una tensión simétrica de salida de corriente alterna –como la que proporciona Corpoelec–, con la magnitud y frecuencia deseada por el usuario o el diseñador.
CASI 4.000 DÓLARES HA INVERTIDO CÉSAR TERÁN PARA MANTENER CON ENERGÍA Y CON CONEXIÓN A INTERNET EN SU HOGAR, MIENTRAS DURAN LOS CORTES ELÉCTRICOS, ENTRE CUATRO Y OCHO HORAS DIARIAS, EN EL ESTADO LARA
Es decir, un inversor es un equipo que funciona como un generador de electricidad, al tomar la energía acumulada en un banco de batería, para mantener encendido uno o varios equipos en una casa o un establecimiento. Para ello la inversión amerita este cúmulo de aparatos, como lo hizo el señor Terán.
Aunque esto sería lo soñado, en Venezuela, cuando el salario mínimo establecido por el Ejecutivo Nacional es menor a 2 dólares al mes y según Manuel Sutherland, director del Centro de Investigación y Formación Obrera (Cifo), en el sector privado se encuentra alrededor de 40 dólares mensuales, esta inversión supera las capacidades de la mayoría de los venezolanos.
“Yo no he comprado nada, me alumbro como puedo cuando el apagón es en la noche. Me muero de calor y me comen los zancudos, pero no puedo comprar ninguno de esos aparatos”, dice Ana Rodríguez, pensionada que vive con su hija y cuatro nietos menores de edad.
SEGÚN DATOS DE LA AVIEM, LA DEMANDA ELÉCTRICA MÁXIMA NACIONAL RETROCEDÍO A 13.900 MW, LOS MISMOS NIVELES DE 2004
Según datos de la Asociación Venezolana de Ingeniería Eléctrica, Mecánica y Carreras Afines (Aviem), la demanda eléctrica máxima nacional retrocedió a 13.900 MW, los mismos niveles de 2004.
“Venezuela, en los actuales momentos, pasó de ser un país totalmente electrificado y con un sistema robusto, otrora ejemplo en Latinoamérica, a poseer una Industria Eléctrica y un sistema eléctrico en colapso operacional, deteriorado, difícil de rehabilitar y recuperar”, sostiene la organización que indica que el racionamiento eléctrico continuado ha deteriorado la calidad de vida de las personas y comprometido el desarrollo económico.
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