José Manuel Vílchez, un ingeniero de 28 años, es uno de los cientos de venezolanos que cruza la frontera colombiana para llevar varios productos desde el estado Zulia y se aposta en la calle o en el terminal de Maicao para venderlos a precios más bajos que los del mercado local. La crisis económica, como a la mayoría, lo empuja a rebuscarse.
Vílchez, está casado y tiene tres hijos —con edades comprendidas entre dos y siete años—, tomó la decisión de hacer su primer viaje hace cuatro meses, después que lo despidieran de su trabajo en una empresa trasnacional. Con una familia que mantener debía buscar una entrada económica, sin necesitar migrar a otro país.
“Es desesperante cuando no puedes cubrir las necesidades de tus hijos. Muchas veces les tuve que decir que no, porque no tenía cómo pagar y todos los padres saben lo que se siente. A veces mi esposa y yo no comíamos para darles a ellos algo que los sustentara. La primera vez vine con un compadre. Desde ese día he regresado a Maicao 14 veces más”, contó, mientras en la calle 13 de Maicao, empezaba a vender los 40 kilos de queso matera, junto a las botellas de ron venezolanos que llevó para vender.
Queso, carne, refrescos, licores, enlatados, alimentos a base de cereales, bebidas achocolatadas, galletas, chocolates, cereales de caja, productos para el cabello, electrónicos y electrodomésticos, son varios de los artículos que se venden como “pan caliente” entre los maicaeros.
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