El caos se repite en el país. El apagón del lunes 25 de marzo persiste en el 90% del estado Lara a las 3:00 de la tarde del día martes.
Tomar agua fría se convierte en un lujo que pocos tienen, así como sentir la brisa de un escueto ventilador para calmar los 36 grados de sensación térmica que marca la temperatura en un día bastante soleado.
Los comercios donde venden hielo y agua no tenían sus puntos de venta activos, solo aceptaban efectivo y anunciaban a los clientes que no recibían dólares.
El alerta se debe a las sanciones que impuso la alcaldía de Barquisimeto a quienes cobraron en moneda internacional sus productos o servicios, durante el apagón pasado. En el centro de la ciudad, pocos comercios estaban abiertos. En los lugares donde decidieron abrir, aceptaban además de efectivo, transferencias bancarias y pago móvil.
Cero ventas
En los frigoríficos con refrigeradores grandes no sacaron las carnes a los exhibidores. Preferían mantener el frío de los productos y solo sacar al momento lo que compre el cliente.
El problema es que sin luz no hay puntos de venta, las personas no tienen efectivo porque en los bancos no hay y las transferencias bancarias se ponen más lentas que de costumbre por la intermitencia del internet.
“Abrimos para ver si logramos vender algo”, comentó un comerciante de ascendencia árabe. En los centros comerciales más grandes, los ciudadanos se acercaron, pero no a comprar, sino a recargar las baterías de sus teléfonos.
“Ventas no hay. Nadie tiene efectivo. Estamos pidiendo a Dios que llegue la luz”, dijo Rafael Sánchez, encargado de un frigorífico en Barquisimeto.
Lo mismo ocurría con el resto de los negocios.
Sin semáforos
Desde la mañana, los semáforos apagados fueron la excusa para que conductores impacientes protagonizaran choques, en su mayoría leves, pero que trancaron vías principales. En la avenida 20 con Morán, dos camionetas chocaron y tumbaron el semáforo ubicado en esa esquina.
Funcionarios de la AMTT (Autoridad Municipal de Tránsito Terrestre) llegaron al sitio para reparar el daño y dejar “en pie” el aparato hasta que se restablezca el fluido eléctrico.
Sector salud
En el Hospital Central Universitario Antonio María Pineda y en el Hospital Pediátrico Agustín Zubillaga, funcionaron las plantas eléctricas. En el Hospital Luis Gómez López funcionó la planta solo para un área, pero no tenían agua. Los familiares de los pacientes debían llevar la que necesitaran para el aseo y el tratamiento médico del hospitalizado.
En las unidades de diálisis sin energía eléctrica hubo suspensión de tratamiento en al menos 3 turnos. El director de salud, Javier Cabrera, activó un plan de contingencia para trasladar a los pacientes más descompensados a las unidades con luz.
“Necesitamos cuatro horas de diálisis diarias y nos están dando dos o menos”, explicó la paciente María Torres.
Cabrera no quiso declarar a El Pitazo cuando se le consultó sobre la situación de los centros de salud durante el apagón nacional.
Colas por gasolina
Entre Barquisimeto y Cabudare había menos de 12 estaciones de servicio activas durante la mañana del martes. La mayoría estaban cerradas.
Unas no tenían electricidad y en otras, como la ubicada al comienzo de la avenida Carabobo, no les había llegado la gandola desde el viernes pasado.
“Nos dijeron que la gandola se accidentó ayer, pero no sabemos si ya viene, porque las llamadas no caen”, dijo uno de los bomberos. A pesar de esto, varios conductores estacionaron su vehículo en los alrededores, con “la esperanza” de que llegara la recarga de combustible.Las filas más cortas de vehículos superaban el kilómetro y medio de distancia. Otras sobrepasan los cuatro kilómetros. Los ciudadanos entrevistados manifestaban su indignación por los equipos electrónicos dañados por las constantes fallas eléctricas, así como su deseo de que este apagón no tenga la misma duración que el anterior.