El sistema de transmisión de energía por las líneas de 765 kilovoltios sigue fuera de servicio y levantar todo el sistema eléctrico de Venezuela toma hasta 36 horas después de que estas estén operativas, según explican expertos.
Las autoridades a cargo de Corpoelec aún no logran levantar las tres líneas que resultaron afectadas este jueves tras un incendio forestal entre Guri y las subestaciones Malena y San Gerónimo B, por lo que se mantiene fuera de servicio la casa de máquinas 2 del Guri, donde se produce la mayor cantidad de energía que alimenta al país.
El ingeniero José Aguilar, experto en sistemas de generación eléctrica, indicó que los intentos de reconexión han sido fallidos por falta de pericia por parte del personal que está al mando de Corpoelec. «A todo eso se le suma el ambiente hostil que maneja el liderazgo fallido del ministro Luis Motta Domínguez y el Sebin; y así es muy difícil trabajar».
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Presume que algún otro equipamiento en la red de transmisión falló y el gobierno de Nicolás Maduro lo oculta. «A raíz del primer apagón y del segundo apagón pudiera haber fallado algo en la red de transmisión y eso se oculta, porque si fuera solo un incendio ya debió haber arrancado el sistema y no hubiese pasado de 12 horas el apagón».
Aguilar estima que reconectar al país se tome entre 24 y 36 horas después de solventar la verdadera causa raiz (tecnica) de la falla en las líneas de 765 kilovoltios. Según el ingenieron Miguel Lara, las mismas envían el 85 por ciento de la energía hacia el centro, centro occidente, andes y los llanos.
Explicó que el tiempo de las 36 horas va a depender de cuándo se hubiese comenzado habiendo resuelto la verda dera causa de la falla, «lo cual es imposible determinar por la opacidad de las autoridades, y siempre y cuando no ocurran otros contratiempos operacionales».
Agregó que solo poner operativas las centrales de Caruachi y Macagua, una vez iniciada las operaciones en la Casa de Máquinas 2 del Guri, se toma 16 horas. Resaltó que el levantamiento del sistema debe hacerse lento para asegurarse que no ocurra una nueva falla.
«La siguiente dificultad son las plantas térmicas que deben arrancar de a poco y se tiene que enviar suficiente energía para que estas puedan iniciar su arranque. Las turbinas y calderas se están enfriando mientras más dure el apagón y eso hace que el encendido sea más lento a objeto de evitar mayores daños a un sistema ya bastante debilitado. Guri necesita de ellas para que se estabilice el sistema. Guri nunca fue diseñado para echarse todo el pais encima, necesita que haya generacion térmica disponible y confiable en el resto del pais».
Explicó que la situación fuese distintas si las unidades termoelectricas Black Start (unidad de encendido rrápido sin apoyo de la red interconectada) estuviese operativas. En el país hay 1.500 megavatios instalados con este tipo de equipamiento y sirven para apoyar el encendido de las termoeléctricas mayores, «pero es evidente que no funcionan», dijo Aguilar.
Lo único que el ministro Motta Domínguez, a cargo de la operación, ha podido levantar y con dificultad es el sistema de líneas de 400 kv y 230 kv que se alimentan de la casa de máquinas 1 y de un limitado numero de máquinas en las centrales de Caruachi y Macagua, por el reducido caudal de agua turbinada que proviene del Guri sin la casa de máquinas 2 operativa. Aguilar indica que con las lineas de 400 y 230 kv es solo posible alimentan parte de Guayana, el oriente y parte de Caracas.
Descartó por completo la tesis del gobierno de Maduro de sabotaje «cibernético» al Scada, un sistema que controla la Red Troncal de Transmisión desde el Centro de Despacho de Guayana. «No está conectado a ninguna red. El Scada es imposible de que se le haga un sabotaje. No se puede hackear».
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