Ismenia Miranda espera superar el trauma sicológico que la perturba desde que su hijo de ocho años perdió tres dedos de su pie derecho. Ella lo acompañaba a la escuela el día del incidente y en su mente sigue vivo el recuerdo de aquel llanto por dolor.
El hecho ocurrió el pasado 19 de marzo cuando Miranda y el pequeño Joander viajaban en un camión utilizado como transporte improvisado desde el sector Rangel de Ocumare del Tuy en el estado Miranda hasta el terminal de pasajeros de esta localidad.
Madre e hijo iban agarrados de una baranda en la parte posterior del vehículo. Cuando la unidad llegó a su destino el conductor adelantó otro camión que estaba estacionado, pero el espacio era tan angosto que las barandas de ambos automóviles impactaron y el pie de Joander quedó en el medio.
“Yo intenté protegerlo para evitar el accidente, lo halé hacia mí, pero mi esfuerzo fue en vano pues sus dedos ya estaban desprendidos dentro del zapato”, dijo Ismenia, visiblemente afectada.
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