Hoy es el día del amor y la amistad.
Un día de mucha significancia para todos. Enamorados o no, pero siempre con amigos, porque de amigos está llena la vida del típico venezolano. Somos románticos y apasionados los venezolanos, pero amigueros también.
Un día en el que, estamos seguros, incluso en Venezuela, y a pesar de la coyuntura que atravesamos, la mayoría hará el esfuerzo por demostrar de alguna manera cuánto desea, cuánto ama, cuánto quiere, estima, aprecia y respeta a esa otra persona que le quita el sueño, que la hace feliz o a quien, sencillamente, le brinda su amistad incondicional. Todo un privilegio también por estos días en los que muchas veces uno solo se tropieza con el interés en los demás.
Es inevitable que lo demostremos además como venezolanos, porque nuestra historia también está marcada por el amor. Por el amor y la libertad, si es que acaso no es una redundancia decirlo así, pues el amor es, en sí mismo, y de alguna manera, libertad.
Solo pensar en Bolívar y en cómo amó a su esposa María Teresa del Toro siendo ella tres años mayor que él. Pensar en cómo, años después, se enamoró nuevamente, esta vez de Manuela Sáenz, con quien sostuvo un tórrido romance en medio de escondrijos, pues ella era casada; mientras, a su vez, lo ayudaba en la lucha por la independencia. Reconocer a Bolívar en cartas como esta:
«Me atraen profundamente tus ojos negros y vivaces, que tienen el encantamiento espiritual de las ninfas; me embriaga contemplar tu hermoso cuerpo desnudo y perfumado con las más exóticas esencias y hacerte el amor sobre rudimentarias alfombras».
Y descubrir cómo era Manuela en respuestas como éstas:
«Le guardo la primavera de mis senos y el envolvente terciopelo de mi cuerpo (que son suyos)».
Algo de aquello tiene que estar en nosotros, aunque la verdad es que cada quien se enamora a su manera buscando la libertad que en su momento espera.
Hay amores de amores con sus respectivas repercusiones y del amor que uno encuentra y de cómo lo lleva se desprende mucho más que una historia personal e íntima. Maduro, por ejemplo, como que no controla nada, a él lo ponen y el obedece, a él le pican el ojo y el cae.
O como el amor «explosivo» que se profesan el actual presidente de la ANC y su esposa, la ministra de Turismo Marleny Contreras.
Hay otros estilos… estilos de sobrellevar el amor sin tanta deflagración como el caso de Lilian y Leopoldo o de Fabiana y Juan Guaidó.
Dime cómo amas y te diré quién eres, por decirlo de alguna manera.
¡Feliz Día de San Valentin!
