Por: Titi González
Lo que mantiene a muchos maestros en sus puestos de trabajo es la vocación, eso que hace que ir a trabajar sea algo satisfactorio. Pero con eso no se vive, la vocación no alimenta, no paga seguro, ni ropa, ni vacaciones.
La falta de remuneración de docentes sobre todo en escuelas públicas, mantiene al gremio en una situación para nada clara. Muchas han sido las protestas y los paros en los últimos años, porque los maestros denuncian que sus salarios no superan los cinco dólares al mes.
Los profesores se mantiene descontentos con su trabajo y sin ganas de enseñar. Los afectados directos son los niños, esos estudiantes que no comprenden la situación y que deben convivir constantemente con la renuncia de profesores y paros laborales.
Aunque la situación era precaria, la pandemia complicó más la educación venezolana. Según la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Asuntos Humanitarios, solo el 31,3 % de los consultados tiene “buena conexión a Internet” mientras que 35 % declaró tener una conectividad limitada o baja. Estas son las circunstancias en las que los profesores y alumnos participan en las clases.
¿Pero qué piden los maestros? Salarios dignos, seguro social, bonos, beneficios que perdieron. También exigen respeto por parte de las autoridades.
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