Desde que comenzó la estatización de empresas de servicios por el gobierno de Hugo Chávez y luego el de Nicolás Maduro, se implementó el subsidio de pagos, que al principio para muchos venezolanos era beneficioso, porque les permitía relajar un poco sus economías familiares en cuanto al pago de luz, gas, agua o teléfono.
Pero sin dinero entrando a esas estatales y sumando a un mal manejo del dinero público, poco a poco se fueron deteriorando los servicios y lo que empezó siendo adjudicado a fallas específicas o sabotajes se fue convirtiendo en la realidad, un sistema totalmente colapsado por la falta de inversión y mantenimiento.
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Los venezolanos seguían pagando muy poco dinero por los servicios debido al subsidio, eso nunca fue una queja, pero pagar poco para tener luz o agua de forma irregular tampoco es una opción.
El precio de las facturas ha aumentado mucho actualmente, sin explicación por parte de las autoridades ni una respuesta sobre cuándo se regularizarán muchos de ellos.
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Según EFE, una persona promedio antes de la cuarentena, estaba pagando de 600.000 a 800.000 bolívares por el servicio de internet, señal por cable y teléfono, pero puede pagar 1.600.000 bolívares por el mismo paquete.
Otro de los servicios que más ha presentado problemas en los últimos meses sin duda es el gas. Manteniendo a miles de familias con la incertidumbre de cuándo llegará para recargar sus bombonas.En muchos casos el servicio se paga por adelantado, pero esto no impide el retraso, ya que pueden pasar hasta tres meses para que llegue el gas.
