Por: Titi González
La pandemia del COVID-19 comenzó a tener importancia en Venezuela en marzo cuando se presentaron los primeros casos, el foco de atención del país se centró ahí, en el nuevo virus, en el miedo por el contagio y en las constantes alarmas y recordatorios sobre las medidas que debíamos tomar.
Hospitales y clínicas del país empezaron a organizarse para recibir lo inevitable, muchos contagiados, con problemas respiratorios y otras consecuencias por el virus.
Pero mientras esto ocurría y las luces se centraban en el coronavirus, lejos del foco y a oscuras, quedaron otras enfermedades, muchas de ellas crónicas, a las que no se les está prestando la debida atención por la pandemia.
Los pacientes oncológicos se han visto muy afectados por la pandemia. Las quimioterapias y radioterapias tienen que hacerse en centros de salud, y la movilidad de muchos está restringida por la cuarentena que obliga a las personas a quedarse en casa y, aunque con un informe médico el paso se debería permitir, las mismas medidas hacen que el transporte público sea menos constante y más difícil para los que no tienen vehículos.
También, la falta de equipos médicos para pacientes de todo tipo ha sido otro de los factores más relevantes, en muchos casos deben trasladarse a otras ciudades para poder hacerse exámenes como tomografías y rayos X en hospitales públicos, porque en lugares privados los precios no son asequibles para muchos.
El expresidente de la Sociedad Médica de Táchira, Dr. Renny Cárdenas, recomendó a las autoridades sanitarias rediseñar internamente el Hospital de San Cristóbal, del cual fue director, para atender a los pacientes de COVID-19 separadamente de los que no presentan patologías asociadas a la pandemia.
“Se está afectando una gran cantidad de población: pacientes oncológicos, pacientes renales crónicos, pacientes cardiópatas y diabéticos se van a ver desasistidos porque la red ambulatoria no tiene infraestructura para suplir lo que hace el hospital central”, declaró el médico.
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Otro de los problemas sanitarios que ha quedado olvidado por la pandemia es el seguro que reciben los empleados públicos, que según denuncian no alcanza para hacerse exámenes ni para comprar medicamentos, por lo que muchos de ellos se sienten vulnerables tanto por enfermedades que ya tienen como por el miedo a contagiarse de COVID-19.
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