Por: Titi González
Hace un mes comenzaron las clases online en el país y tanto niños como padres comenzaron a adaptarse a lo que sería esta nueva normalidad bajo un esquema de educación en casa vía web, sumándole algunas consultas entre padres y maestros en las semanas de flexibilización.
Pero el panorama no ha sido tan controlado como lo plantea el ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, ya que los maestros han realizado varias protestas en lo que va de año escolar exigiendo una mejora en sus salarios y condiciones mínimas para poder ejercer, ya que sin agua, gasolina, luz ni internet, llevar a cabo al menos medio día de clases es difícil, sobre todo para los docentes del sector público.
El reporte que maneja la Federación Unitaria del Magisterio de Venezuela dice que el ausentismo de docentes en los planteles se mantiene por encima de 95% en Caracas, mientras que la media en el ámbito nacional es de al menos 90%.
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El promedio de las tablas salariales que se maneja en cuanto a docentes nacionales y sus distintos niveles es de 1.300.000 bolívares, es decir el equivalente a 3 dólares al mes.
Es por eso que la deserción de maestros está en niveles críticos en el país y quienes ponen su vocación por delante deben buscar otras fuentes de ingreso, muchas veces en la economía informal.
Mientras tanto, los padres en casa deben luchar contra las mismas carencias que los maestros, pero sumándoles las tareas y asignaciones con los niños en el hogar.
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