Caracas.- Un exfuncionario de alto rango del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), entregó un archivo al diario estadounidense The New York Times, donde se narran algunos testimonios de informantes que acusan a Tareck El Aissami y a su padre de reclutar a miembros de Hezbolá para expandir el espionaje y las redes de narcotráfico en la región.
De acuerdo con el »documento secreto’‘ al que tuvo acceso The New York Times de EEUU, El Aissami y su padre, Carlos Zaidan El Aissami —un migrante sirio que alguna vez trabajó con Hezbolá durante sus visitas a su país natal—, buscaron cómo introducir a dicha organización en Venezuela.
Los informantes les dijeron a los agentes de inteligencia que el padre de El Aissami estaba involucrado en un plan para capacitar a miembros de Hezbolá en Venezuela “con miras a expandir las redes de inteligencia en toda América Latina y al mismo tiempo trabajar en narcotráfico”, según los documentos.
Hezbolá es considerada una organización terrorista por Estados Unidos, y funcionarios estadounidenses dijeron que desde hace tiempo tiene presencia en América del Sur, donde ha ayudado a lavar dinero del narcotráfico. En 2008, el Departamento del Tesoro sancionó a un diplomático venezolano tras acusarlo de recaudar fondos para Hezbolá y de ayudar a sus integrantes a viajar hacia Venezuela.
El archivo no especifica si Hezbolá logró establecer su red de inteligencia o rutas de drogas en Venezuela, pero sí menciona que miembros de esa organización se establecieron en Venezuela con la ayuda de El Aissami.
Según estos archivos, el exvicepresidente y ministro también colaboró con el mundo criminal de otras maneras. Su hermano, Feraz, hizo negocios con el narcotraficante más célebre de Venezuela, Walid “el Turco” Makled, y tenía casi 45 millones de dólares guardados en cuentas bancarias suizas.
Los documentos también muestran que El Aissami tenía vínculos con el narcotraficante, al señalar que emitió grandes contratos públicos a una empresa vinculada a Makled.
Mientras el país se dirigía a un colapso económico que forzó a millones de personas a huir de Venezuela y que ha causado una grave escasez de alimentos y medicinas, El Aissami se volvió un hombre rico, resaltan los informantes.
Más información sobre este caso en The New York Times