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“Los venezolanos necesitamos paz, convivencia, recuperación económica y social” fueron las primeras palabras que pronunció, el 16 de septiembre, el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, para anunciar la instalación de una mesa de diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y cuatro partidos que se consideran opositores.
Con presencia del cuerpo diplomático acreditado en Venezuela en la Casa Amarilla, el ministro aseguró que estaban ante un proceso de “acuerdos parciales, abiertos y transparentes”, justo cuando se cumplían 41 días de que la delegación oficialista se negó a regresar a Barbados, donde, bajo el auspicio de Noruega, intentaban negociar con la delegación del presidente de la Asamblea Nacional y encargado de la República, Juan Guaidó.
La orden ejecutiva del gobierno estadounidense, emitida el 5 de agosto, que bloqueaba las propiedades del Gobierno en ese país, fue la razón para que la representación de Maduro se levantara de la mesa.
Timoteo Zambrano. secretario general de Cambiemos, argumenta para contrarrestar los cuestionamientos sobre su constante acercamiento al Gobierno de Maduro
En esta ocasión, en la que no se habla de elecciones presidenciales, cuatro partidos que representan a una minoría de la oposición venezolana acordaron que la fracción del Partido Socialista Unido de Venezuela, que tiene al menos 55 curules, regrese a la Asamblea Nacional, después de más de dos años sin pisar el hemiciclo de sesiones; así como atender con prontitud la nueva conformación del Consejo Nacional Electoral, exigir el levantamiento de las sanciones, liberar a algunos presos políticos, defender el territorio del Esequibo como parte de Venezuela e instrumentar un programa de intercambio de petróleo por medicinas y alimentos, que sea manejado por las Naciones Unidas.
Justo al lado de Rodríguez se encontraba la vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez; el ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz; la ministra de Comunas, Blanca Eekhout y el canciller Jorge Arreaza. Seguían Timoteo Zambrano por el partido Cambiemos, Claudio Fermín por Soluciones para Venezuela, Felipe Mujica por el Movimiento Al Socialismo y Luis Augusto Romero por Avanzada Progresista.
Los mismos políticos que, a excepción de Zambrano, dieron el visto bueno a unas garantías electorales que propuso el gobierno en marzo de 2018 para participar en los comicios presidenciales del 20 de mayo, cuestionados por la oposición y la comunidad internacional.
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De acuerdo con Fermín, las conversaciones entre este grupo de partidos -que solo tiene siete de 167 diputados en la Asamblea Nacional – y Maduro iniciaron hace dos meses y medio; es decir, ya habían tenido acercamientos con el gobierno, mientras se estaban registrando los encuentros en la isla de Barbados.
¿Quiénes son los líderes de estos partidos minoritarios que, por segunda vez, firman un acuerdo de supuestas garantías con el gobierno?
“Les habla un opositor al gobierno desde hace décadas, un opositor al uso de la fuerza”, argumentó desde la Casa Amarilla el secretario general de Cambiemos, Timoteo Zambrano, para contrarrestar los cuestionamientos sobre su constante acercamiento al gobierno de Maduro.
Zambrano ha sido diputado en tres ocasiones desde 1998. Comenzó su carrera política en Acción Democrática en la década de los 80 y participó en la mesa de negociación que se instaló a propósito del paro petrolero de 2002, la cual fue promovida por la Organización de Estados Americanos. Desde 2006 hasta el primer cuatrimestre de 2018 fue dirigente de Un Nuevo Tiempo (UNT), partido por el cual resultó electo en las parlamentarias de 2015.
En los procesos de diálogo de 2016, finales de 2017 y principios de 2018 participó como uno de los representantes de la oposición hasta que, en enero de ese año, renunció a su función por considerar que se buscaba “derrotar al gobierno en vías distintas a las urnas o por las sanciones”.
Cuando anunció su salida de la tolda fundada por Manuel Rosales, pasó a ocupar la secretaría general de Prociudadanos, un movimiento político liderado por el periodista Leocenis García. Su paso por esta plataforma fue breve debido a que, en mayo, poco antes del proceso comicial cuestionado que reeligió a Maduro, creó la fracción parlamentaria Cambiemos, a la que se fueron sumando varios diputados que venían de Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia y Gente Emergente.
Zambrano, que es uno de los diputados que más se ha ausentado del parlamento, en este momento maneja una fracción minoritaria que cuenta con seis diputados, de los cuales, cinco son principales.
Aunque este dirigente no participó en el proceso electoral del 20-M, cuestionó a la oposición por mantener una línea abstencionista. Fue en agosto de 2018 cuando Cambiemos fue habilitado como un partido político, luego de que el Consejo Nacional Electoral abriera de forma exprés el proceso de inscripción para 30 organizaciones. Esta jugada política le permitió postular candidatos para las elecciones de concejos municipales del 9 de diciembre del año pasado.
El exalcalde del municipio Libertador de Caracas aplicó la misma estrategia de Zambrano. Acudió al proceso de inscripción y validó Soluciones para Venezuela, partido que también aspiró a las concejalías haciendo algunas alianzas con Cambiemos, Avanzada Progresista y Movimiento Al Socialismo.
Pero antes, presentó su candidatura para el 20 de mayo, luego declinó y fue nombrado jefe de campaña de Henri Falcón. Aunque denunció irregularidades en esta elección, reconoce que Maduro es el presidente constitucional y ubica a Guaidó como el presidente del parlamento.
En julio de este año, Fermín se incorporó a la Alianza por el Referéndum Consultivo, que creó el exchavista Juan Barreto. Junto a un grupo de chavistas disidentes, el sociólogo considera que la crisis política se resuelve con la renovación de todos los Poderes Públicos y, para ello, es necesaria la renovación del Consejo Nacional Electoral.
El mismo lunes, cuando se anunció la mesa de diálogo, manifestó su optimismo frente a este nuevo mecanismo, que ha sido ampliamente señalado, incluso, por la Unión Europea y el gobierno de Estados Unidos. Fermín había indicado con anterioridad que la negociación en Barbados respondía a conversaciones entre élites a puerta cerrada.
De los cuatro partidos que firmaron el acuerdo el pasado 16 de septiembre, solo dos tienen representación parlamentaria, entre ellos Avanzada Progresista. María Teresa Pérez es la única ficha que le queda a Henri Falcón en la Asamblea Nacional, luego de que Julio César Reyes y Macario González se apartaran de esta nueva estrategia política.
Falcón, quien considera que se dio un paso “con absoluta coherencia”, fue dirigente del Movimiento V República, constituyente y gobernador del estado Lara en dos periodos. Militó en el Partido Socialista Unido de Venezuela hasta 2010 al concluir que se trataba de una organización burócrata que no discutía las decisiones.
Fundó AP en 2012 y acompañó la campaña electoral de Henrique Capriles Radonski en 2013. Apoyó a la Mesa de la Unidad Democrática hasta que en junio del año pasado decidió crear una fracción parlamentaria denominada Concertación por El Cambio; no obstante, las fracturas comenzaron cuando decidió postularse como candidato presidencial en unos comicios que, según asociaciones como Súmate, fueron organizados a la medida del oficialismo.
Falcón cuestionó el 20 de mayo de 2018, denunció ventajismo y prácticas clientelista. Solo obtuvo 20.9% de los votos, es decir, 1.9 millones, frente a los 6.2 que sacó Maduro.
En las últimas declaraciones AP se ha alineado a la propuesta Juan Barreto y Claudio Fermín sobre la renovación de los Poderes Públicos. Sin embargo, Teodoro Campos, quien hasta el año pasado fue uno de los hombres más cercanos a Falcón, lo acusa de ser doble agente y de repetir el esquema del año pasado porque el gobierno necesita quien legitime las parlamentarias. Incluso, Campos lo señala de recibir euros a cambio de apoyar a Maduro en sus jugadas.
El Movimiento Al Socialismo ha sido uno de los grandes aliados de AP, es decir, de Henri Falcón. Es el partido que tiene más trayectoria de los cuatro, pues fue creado a principios de la década de los 70 por Teodoro Petkoff y Pompeyo Márquez. Sin embargo, no tiene representación en el parlamento ni otro cargo de elección popular. Su secretario general es Felipe Mujica, quien apoyó la candidatura de Hugo Chávez en 1998 y luego se separó al notar que su gobierno se tornaba autoritario. En 2008 decidió unirse a la MUD, donde estuvo hasta 2013, cuando consideró que la oposición intentaba promover un clima de polarización.
Tras el acuerdo firmado en la Cancillería, Mujica ha dicho que, de no existir acuerdos en el parlamento para la conformación de un nuevo Poder Electoral, se podría declarar una omisión legislativa, como en 2014, y el Tribunal Supremo de Justicia se encargaría de escoger a los cinco nuevos rectores. Esto quiere decir que el gobierno podría nuevamente decidir cómo quedaría conformado el Poder Electoral y repetir la dupla de Tibisay Lucena y Sandra Oblitas.
Pocos minutos después de ofrecer una rueda de prensa este 18 de septiembre, el líder de El Cambio, Javier Bertucci, apareció en cámara junto a Delcy Rodríguez para firmar el acuerdo que sus compañeros de alianzas electorales suscribieron dos días antes.
“Si no nos sentamos en paz y nos ponemos de acuerdo para resolver los problemas del país, nos vamos a ir muriendo poco a poco”, dijo a los medios de comunicación al tiempo que advirtió que si en 30 días no se ofrecían resultados se retiraría de la mesa.
Bertucci también fue candidato presidencial el año pasado y denunció ventajismo por parte del gobierno. Incursionó en la política con el grupo de electores Esperanza por El Cambio, el cual se convirtió en partido oficialmente al conseguir casi un millón de votos en las elecciones cuestionadas.
Este líder, que creó una organización religiosa denominada El Evangelio Cambia, fue privado de libertad en 2010 por supuestamente cometer el delito de contrabando y asociación para delinquir, pero a los seis meses recibió una medida sustitutiva de libertad.
El Cambio se convierte en el quinto partido minoritario que apuesta por este nuevo intento de diálogo con el gobierno.
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