Política

Politólogos señalan que Maduro buscó destruir el tejido social para limitar participación ciudadana

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Caracas.- El capital social se ha intentado destruir en Venezuela. Es la premisa que utilizan los politólogos Fernando Spiritto y Piero Trepiccione para explicar uno de los propósitos del proyecto político iniciado por Hugo Chávez y continuado por Nicolás Maduro. Ambos analistas coinciden en que el gobernante ha violado el principio de que ningún hombre puede estar por encima de la ley.

Evitar el control de la ciudadanía ha sido un elemento clave, según los expertos, para que el gobierno se mantenga y desarrolle mayores capacidades de manipulación. Esta vigilancia está relacionada con la participación ciudadana a través del voto, consultas o cuando el ciudadano se afilia a alguna organización.

“Los países con capital social son los más democráticos. Cuando esto ocurre, los gobiernos se sienten presionados porque hay una articulación de la ciudadanía que le exige respetar las leyes. En nuestro país, ocurre todo lo contrario, el gobierno ha desmotivado a la población para que no los controle ni participen en votaciones”, argumenta Spiritto, también profesor de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab).

En su explicación, Spiritto señala que en el país existe una “sociedad de masas”, lo cual quiere decir que no hay cuerpos intermedios como clubes, asociaciones, organizaciones, que permitan la interacción con el Estado y el ejercicio del control, sino que el ciudadano tiene una relación directa con el poder. No hay articulación. “El gobierno buscó destruir el tejido social”, sostiene.

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Cuando ese capital social y esa articulación se pierden, la ciudadanía deja a un lado la participación. No la valora como instrumento para escoger a sus autoridades ni la pone como prioridad. Spiritto pone como ejemplo el condicionamiento que aplica el gobierno a la vida cotidiana del venezolano: deficiencia en el servicio de energía eléctrica y de agua, mal estado de las vías públicas y alto costo de la vida, por citar algunos ejemplos. Es decir, el ciudadano, en lugar de exigirle al gobierno, está sometido a sobrevivir a esas condiciones impuestas.

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Si no como, me muero. La gente lucha por sus intereses. O decide irse del país. Eso por supuesto acaba con el tejido social, mientras a Maduro se le hace más fácil mantenerse en el poder”, señala el experto

También pasa a un segundo plano para el ciudadano que Maduro no presente el presupuesto de la nación, no rinda cuentas, y que las instituciones del Estado no muestren los indicadores financieros o manipulen una información que es pública.

Trepiccione, por su parte, destaca la existencia de una forma para restablecer el orden democrático: crear una sociedad política, la cual empodere al ciudadano y le permita tener conciencia de que todos pertenecen al Estado y tienen la capacidad de exigir. Esto no significa ser militante o partidista.

“Necesitamos que el poder vuelva a la ciudadanía; que el poder último resida en el soberano, y que seamos capaz de controlar a aquellos que llegan al poder, distorsionan la democracia y la utilizan para fines corruptos”, agrega.

A diferencia de Spiritto, Treppicione considera que el gobierno debilitó el tejido social que habían construido asociaciones de vecinos, gremios, sindicatos o federaciones, pero no lo desapareció. Estos grupos deberían fortalecer su articulación y apalancarse hacia un objetivo: la recuperación de la democracia.

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Sammy Paola Martínez
Publicado por
Sammy Paola Martínez

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