Maturín.– La agresión y la represión marcó la concentración de la zona norte de Maturín. Funcionarios de la Policía del estado Monagas (Polimonagas) arremetieron contra los manifestantes con bombas lacrimógenas y perdigones.
En Tipuro, la gente comenzó a concentrarse pasadas las ocho de la mañana para apoyar la convocatoria hecha por el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, desde La Carlota. Cuando el grupo comenzó a aglomerarse en la esquina de Farmatodo llegaron los policías con su equipo antimotín.
«Aquí no hubo violencia. Ellos (policías) la generaron como siempre», declaró Iván Lugo, mientras se resguardaba en un mini centro comercial que cerró el estacionamiento cuando comenzó la estampida de manifestantes.
La primera bomba lacrimógena que lanzaron le llegó a los pies a un ciclista. Con ello, los funcionarios buscaban impedir que las personas se acercaran hasta la entrada de Tipuro, la cual colinda con la avenida Alirio Ugarte Pelayo. Tras minutos de tensión, un sacerdote acompañado de varios manifestantes se acercó hasta los uniformados para mediar.
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También acudieron algunos dirigentes políticos y tras un corto diálogo, los maturineses volvieron a acercarse. Un momento de felicidad llenó a los protestantes cuando los policías comenzaron a retirarse, pero la avenida se llenó de manifestantes y hubo una nueva dispersión.
De nuevo, las bombas lacrimógenas y los perdigones hicieron correr a las personas. «Nos disparan a mansalva, eso es ensañamiento», dijo Ingrid Bravo, manifestante, luego de que logró protegerse detrás de un vehículo. Mientras esto ocurría, un hombre de 70 años de edad y dos personas más fueron detenidas, entre ellas una mujer.
Una mujer fue arrestada la tarde de este 30 de abril en el sector Terrazas del Norte. Allí hubo una incursión de efectivos de la Guardia Nacional (GN), que irrumpieron en la urbanización lanzando bombas lacrimógenas, según denunciaron habitantes de esa comunidad. Se desconoce el número de detenidos en esa zona.
En Tipuro, al menos tres personas resultaron con heridas de perdigones. Uno de ellos, quien pidió resguardar su identidad por temor a futuras represalias, dijo que un policía le disparó de cerca a la espalda.
