Nicolás Maduro hizo la noche de este 30 de diciembre un mensaje de Año Nuevo en cadena de radio y televisión, en el que resumió los hechos políticos y económicos más importantes que marcaron su gobierno durante el 2019.
«El 2019 nos ha puesto a prueba a todos, al punto de producir espacios comunes entre quienes nos reconocemos adversarios en las ideas. Después de 600 llamados que he hecho al diálogo, este va dando sus frutos», indicó en referencia a los dos procesos de negociación que su gabinete gestionó durante el año. El primero, auspiciado por el Reino de Noruega, con actores políticos del gobierno encargado de Juan Guaidó y el cual abandonó sin llegar a un acuerdo; y un segundo, todavía en curso, iniciado en septiembre con partidos minoritarios de la oposición que no pertenecen al Frente Amplio.
En una cadena que fue repetida sin justificación dos veces en menos de una hora, Maduro enumeró diferentes amenazas a su permanencia en el poder que surgieron durante 2019, luego de que el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, jurara en enero como mandatario interino al declarar como ilegítima su reelección.
Entre ellas, recordó el intento de ingresar ayuda humanitaria por parte de Guaidó a través de la frontera colombovenezolana el pasado 23 de febrero, a la que calificó como un intento de invasión militar y señaló que todos los ataques contra el país vienen de parte de «un grupo de facinerosos» y del gobierno de EE. UU., recurrente acusado en sus discursos de este año. «Hoy, salvo mezquinas excepciones, los venezolanos repudiamos cualquier tipo de tutelaje extranjero«, declaró.
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Señaló que todos «los Judas» que, a su juicio, se autoproclamaron en enero para vender al mundo una intervención extranjera con la insurrección cívicomilitar del 30 de abril fueron derrotados, y recalcó que la vía del diálogo es la única para solventar los problemas, a pesar de que fue su lado el que se levantó primero de las negociaciones en Barbados.
«Amaneció y vimos que tanto el pueblo como las armas de la República no eran juguetes a la merced de los caprichos de una élite de rodillas al imperialismo para dañar a la patria», dijo, a la vez que resaltó la lealtad de la Fuerza Armada a su causa.
Como «un tropel de luz y sombra» calificó el gobernante al año, en el que el país vivió reiterados apagones nacionales por el colapso del Sistema Eléctrico Nacional. No dudó en asegurar que los fallos eléctricos fueron acciones de sabotaje, y felicitó a la población por mantener la calma y el temple, aunque según afirmó, los medios de comunicación y las agencias internacionales de noticias intentaron promover la imagen de un país «sumido en la anarquía».
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Igualmente, reiteró que su administración fue objeto de un «bloqueo» por parte de las sanciones del Departamento del Tesoro de EE. UU., al cual respondió con la propuesta de la criptomoneda petro, que promovió como parte de todos los proyectos económicos que vendrán para el país en 2020, y de la que dijo, «habrá sorpresas».
«Es cierto que el 2019 fue un año denso, duro, exigente, al que le vamos restando ya los minutos. A sus anchas conocimos de la calaña de los enemigos de la patria y hasta dónde están dispuestos a llegar en su fallida intención de esclavizarla todas esas bandas terroristas, pero también fue año bondadoso, un año, para nuestro pueblo, de grandes enseñanzas», dijo.
Finalmente, ya con la canción Venezuela sonando de fondo, adelantó que el 2020 será el año de la estabilización de la nación, para la cual instó a todos los ciudadanos a revisarse y hacer los cambios que se requieran para lograr dicho objetivo. «Convoco a un cambio profundo de todo lo que deba ser cambiado«, apuntó.
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