El presidente Nicolás Maduro apostó su bigote al cumplimiento de su meta de terminar 2015 con un millón de viviendas entregadas, en el marco de la Gran Misión Vivienda Venezuela,que prevé poner fin en 2019 al déficit de más de tres millones.
«Hago una apuesta: si no llegamos al 31 de diciembre a un millón de viviendas me corto el bigote», dijo en su programa semanal «En Contacto con Maduro», que emite cada martes y que es reproducido por Venezolana de Televisión (VTV).
Tras consultar a su esposa, Cilia Flores, presente en el programa, si estaba de acuerdo con su apuesta y recibir de ella como respuesta que amanecerá el 1 de enero con su característico bigote, el jefe de Estado pidió en tono jocoso a los obreros de la construcción ayudarle a ganar la apuesta.
«Le digo a mis hermanos trabajadores, obreros y obreras, a los ingenieros: trabajen para no tener que cortarme el bigote. No, mentira. Es una broma. Trabajen porque hace falta que nuestro pueblo tenga su vivienda», sostuvo.
Hasta el 14 de octubre pasado el Gobierno había entregado 742.501 viviendas, según precisó ese día el ministro de Vivienda y Hábitat, Manuel Quevedo.
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