Dos meses sin hablar ni caminar por sus propios medios cumplió el pasado 1 de julio el joven Jesús Ibarra, quien fue víctima de la represión de los cuerpos de seguridad durante la manifestación del pasado 1 de mayo contra el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro.
El muchacho, de 19 años, estudiante del cuarto semestre de Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), vendía roles de canela en las inmediaciones de la autopista Francisco Fajardo de Caracas, adyacente a Las Mercedes, cuando fue impactado en la cabeza con una bomba lacrimógena y cayó inconsciente al río Guaire.
Una cadena humana lo rescató de las aguas y posteriormente quedó recluido en el área de terapia intensiva del hospital Domingo Luciani de El Llanito. Allí, le indujeron un coma hasta superar la infección pulmonar y del sistema nervioso causada por tragar aguas contaminadas.
Luego, en el Hospital de Clínicas Caracas, Ibarra fue operado para retirarle las esquirlas de su cráneo fracturado. La intervención costó Bs. 600 millones. ¿Quién los canceló? es un secreto bien guardado.
El martes 4 de julio, el joven fue llevado de nuevo al quirófano para cubrirle la herida que tenía en la cabeza. Se estima que en una semana regrese a casa, bajo el cuidado de sus padres. Su recuperación ha sido lenta y costosa. Su futuro, incierto.
«Mi hijo necesita un terapista de lenguaje para recuperar el habla, pero ningún profesional quiere subir el cerro de Petare para llegar a nuestra vivienda», reveló con preocupación su padre, el arquitecto José Ibarra, en conversación con El Pitazo.
La rehabilitación física también es fundamental en la recuperación de Jesús, quien apenas da algunos pasos, con la ayuda de un terapeuta que cobra Bs. 25 mil cada vez que lo asiste. «Solo nos quedan recursos para cubrir este gasto 10 días más», confesó el progenitor del joven, el 29 de junio, día de la entrevista.
Conseguir los medicamentos para Jesús también ha sido cuesta arriba. «En las farmacias no hay ni siquiera vendas, así que los gestionamos en el extranjero y afortunadamente los enviaron desde Estado Unidos, Chile y Colombia. Casi toda la ayuda recibida ha sido del exterior y gracias a las redes sociales, y lo entendemos porque en Venezuela todo el mundo está arruinado con esta crisis económica”, dijo el entrevistado.
Los dos meses transcurridos desde el 1 de mayo han sido duros para los Ibarra. No solo para cubrir los gastos del tratamiento médico del joven, sino verlo convaleciente, después de ser tan activo. «Él es muy buen muchacho. Siempre ha estudiado en colegios de monjas y curas. Es una persona tranquila, enfocada en sus metas”, dijo su padre, quien reiteró que cualquier contribución, por pequeña que sea, es una gran ayuda para que Jesús recupere sus capacidades.
La última operación que le hicieron al estudiante costó 28 millones de bolívares, de los cuales restan por cancelar Bs. 10 millones. En tal sentido, la familia Ibarra puso a disposición de las personas que quieren ayudar al «guerrero del asfalto», como llaman al joven, la siguiente cuenta corriente: BOD 0116-0036-14-0005680212, a nombre de José Ibarra, C. I. 5.717.368, correo ecopetrole1956@gmail.com. También pueden comunicarse por los números telefónicos 0414-8793946, 0414-2735505, 0414-9994658, 0424-2816013.
Para José Ibarra hoy en día sobran las razones para protestar en Venezuela. «Todo aquel que esté inconforme tiene derecho a pedir que las cosas mejoren. Así no podemos seguir viviendo y no se trata de estar en contra o a favor del Gobierno, sino de buscar una salida a esta crisis y la más viable es llamar a elecciones y que la mayoría decida, pero no con un Consejo Nacional Electoral (CNE) manipulado. Si los venezolanos votan para que haya socialismo, pues lo aceptamos, pero que la decisión sea a través del voto y hable la mayoría», consideró.
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