Más que una designación, el padre Francisco José Virtuoso, rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), asume como una invitación de Juan Guaidó la solicitud de articular a los sectores de la sociedad civil.
“Recibí una solicitud de Juan Guaidó, en su condición de líder del Parlamento y de presidente encargado, ya que está tratando de construir una ruta alterna a la abstención frente al evento electoral del 6 de diciembre”, dice Virtuoso.
Pero además, señala que no solo es una ruta frente a este proceso parlamentario sino que se trata de construir una ruta para el cambio, para la renovación democrática; que además, dice, busca nacer de una gran consulta y que sea una visión compartida sobre cómo debe darse este proceso a favor de la transición.
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“Yo en lo personal he venido trabajando en eso y formo parte de un sector que ha criticado algunas de las rutas y decisiones u omisiones del liderazgo encabezado por Juan Guaidó”, recuerda Virtuoso.
Aun así sostiene que recibe la solicitud con agrado y que se siente identificado con el esfuerzo de construir un camino para favorecer la lucha por la transición y una ruta que comience por escucharse y compartir estrategias y posibilidades.
— EP: ¿Cuáles serán las primeras líneas de acción?
— JV: Lo primero es la convocatoria. Ahora comenzarán a darse las primeras reuniones, habrá muchas, las cuales serán muy abiertas. La primera tarea, insisto, es esa: convocar, dialogar y obtener resultados y propuestas y como un segundo paso, articular una visión común que tendrá que ser compartida con el consenso.
— EP: ¿Por qué ha sido tan difícil unificar a la oposición, tanto política como de la sociedad civil, en torno a una ruta para la transición?
— JV: Primero, porque la sociedad civil parte de la idea de que los ciudadanos organizados se conciben a sí mismos como participantes activos en la construcción de esa agenda publica y tienen sus perspectivas, lo que genera pluralidad de opciones. En esa sociedad civil democrática, el debate es democrático y llegar a acuerdos es difícil.
En segundo lugar, a veces, ha habido, y esto es una critica que ha estado presente en la sociedad civil, una gran incapacidad del liderazgo político por escuchar las voces de la sociedad civil y en ese sentido, se han generado separaciones y puntos de vistas encontrados.
Se generan reclamos, críticas que muchas veces no reciben la debida respuesta y eso genera más separación. Por eso, me parece muy loable esta iniciativa que toma Guaidó de escuchar y debatir.
También la percepción de errores cometidos por la propia oposición. A veces, la toma de decisiones no consultada con la sociedad civil y a veces, también, hay posiciones de la sociedad civil que no facilitan el diálogo con los partidos. A veces, hay demasiado protagonismo en la sociedad civil que impide una posición común. Así como hay protagonismos dentro de los partidos también hay demasiados protagonismos en la sociedad que dificultan el diálogo entre la misma sociedad y con los partidos.
— EP: ¿Qué garantiza que haya un elemento motivador en esta oportunidad y la efectividad de éste?
— JV: El elemento novedoso es la urgencia. Creo que el llamado que hizo la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), más allá de las interpretaciones que cada quien haya podido darle, tiene un basamento irrebatible y es que estamos en una situación de emergencia nacional que amerita unificar criterios en torno a una participaron activa de la sociedad civil.
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El drama social se profundiza y la violación de derechos humanos también y es urgente que reaccionemos. La urgencia por dar ese paso es quizás, lo que puede sacudirnos y ponernos en movimiento.
— EP: Ante este llamado que hizo Guaidó, ya pareciera haber una posición fijada por parte de uno de los líderes a los que hizo mención: Henrique Capriles a dicho que no se puede seguir alimentando fantasías, ¿qué piensa al respecto?
— JV: Yo siento que su posición recoge la angustia y las preguntas que mucha gente se hace y ese llamado a que seamos realistas y no convertir esto en un llamado más y que tomemos conciencia de la urgencia.
Eso lo suscribo. Es un momento en el que todos tenemos que deponer un poco los intereses que cada quien tiene en torno a una ruta en común.
— EP: ¿Y cree que pueda haber un punto en común, una zona neutral para posiciones tan distantes como la de Henrique Capriles y María Corina Machado, que les permita participar en esa construcción de una ruta común?
JV: Siendo muy realista, te diría que es muy difícil. Siendo muy realista, te diría que es muy complejo y tengo mis niveles de escepticismo porque, a veces, son puntos muy diferentes y no solo de María Corina y Capriles sino en otros sectores.
Pero, como hemos dicho, o hacemos ese esfuerzo o morimos en el intento. De eso se trata, de construir una ruta común. O somos capaces de generar esa confianza o efectivamente no vamos a ir a ninguna parte.
El esfuerzo unitario es muy difícil pero creo que debemos ponernos en ello.
— EP: Guaidó también llamó a poder presentar esta propuesta de ruta en un plazo de 10 días, ¿cree que sea factible?
JV: Creo que es muy corto. Creo que haría falta un poco más de tiempo pero tampoco creo que podamos pasarnos el trimestre en este tema. Es necesario hacer un esfuerzo pero estos procesos de maduración toman su tiempo.
Imagino que cuando se dicen 10 días es por ponerle un plazo referencial que implique que hay que hacerlo en el corto plazo.
— EP: ¿Cómo queda el Frente Amplio, un espacio que se suponía serviría para congregar a los partidos políticos con los distintos sectores sociales?
— JV: El Frente Amplio sigue funcionando. Es una estructura que quizás, se siente menos en Caracas pero tiene una gran fortaleza en el interior del país y es una plataforma que congrega a algunos sectores de la sociedad civil.
A mí me hubiese gustado que siguiera creciendo. Pero aun así sigue y agrupa a un sector importante y sigue acumulando fuerzas.
— EP: ¿Cree que hay voluntad política para lograr esa hoja de ruta?
— JV: Es lo que habrá que demostrar. Creo que efectivamente, sin voluntad política de buscar una ruta común que oriente las grandes decisiones y si todos no arrimamos al mingo, en una misma dirección, si no se concreta, indica que efectivamente no estamos preparados con esa madurez política de avanzar.
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Insistir en que se genere ese diálogo profundo en la sociedad, ese es el objetivo número uno. Y ser capaces de acercarnos, encontrarnos y dialogar y en la medida de lo posible consensuar. Para eso yo estoy anotado.
— EP: ¿Usted tiene ya alguna propuesta que presentar?
— JV: Tengo varias pero eso forma parte de la discusión. Para mí, creo que lo primero es que tratemos de expresar la situación de la gente. Creo que lo primero que hay que poner en la agenda es cómo logramos que ese drama social que genera una profunda frustración, se exprese y se convierta en el norte de la acción política.
Y que esa acción política permita conectar con la gente y despertar la esperanza. Toda acción debe centrarse en ese sustrato.
— EP: ¿Confía en que se pueda llegar a esa ruta unitaria?
— JV: Confío en que hay un llamado sincero, honesto y consciente.
— EP: ¿Se va tarde a esta iniciativa o aún hay tiempo?
— JV: Nunca es tarde cuando se hace lo que se tiene que hacer. Venezuela tiene por delante un conjunto de retos que emprender y hay que ponerse en eso.
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