El presidente de Guyana, David Granger, denunció este martes en la ONU las «agresiones» del Gobierno venezolano y pidió a la organización que actúe para lograr un arreglo definitivo del conflicto territorial entre los dos países.
«Queremos terminar con la agresión venezolana. Queremos desarrollar nuestro país, todo nuestro país, de acuerdo con la legislación internacional», dijo Granger en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La disputa con Venezuela por el área de Esequibo ocupó la mayor parte de la intervención del mandatario guyanés, que insistió en que la ONU debe garantizar la seguridad de un pequeño país como el suyo.
«Durante cincuenta años se ha impedido a nuestro pequeño país explotar completamente nuestros ricos recursos naturales. Venezuela ha amenazado y disuadido a inversores y frustrado nuestro desarrollo económico«, dijo Granger.
Para Guyana, insistió, los reclamos territoriales de Venezuela van en contra de la legislación internacional y de la Carta de las Naciones Unidas.
«La frontera de Guyana con Venezuela se estableció hace 116 años. Todo el mundo, menos la República Bolivariana de Venezuela, acepta nuestras fronteras», señaló.
Granger acusó al Gobierno venezolano de usar su superior riqueza y poder militar para seguir un camino de «intimidación y agresión».
«Venezuela está perturbando una frontera establecida. Está desestabilizando una región estable del planeta con el uso de la fuerza militar contra un país pequeño y pacífico», dijo.
Por ello, urgió a las Naciones Unidas a involucrarse más activamente en el conflicto y a ir más allá de designar a responsables de buenos oficios.
«Creemos que este proceso se ha agotado», dijo Granger, quien la pasada semana anunció que recurrirá a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para resolver la disputa al considerar que la mediación de las Naciones Unidas no es eficaz.
Pese a ello, hoy insistió en que la ONU sigue siendo «la mayor esperanza» de su país para encontrar una solución.
«Guyana no quiere que este odiosa reclamación territorial tape las perspectivas de paz y obstruya la posibilidad de crecimiento para los próximos cincuenta años. Necesitamos una solución permanente para evitar un sino de perpetuo peligro y penuria», defendió.
Granger fue hoy uno de los primeros líderes en intervenir en la segunda jornada de la Asamblea General, en la que también se espera para la tarde el discurso del presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Ambos mandatarios se reunieron el pasado domingo en la ONU con el secretario general de la organización, Ban Ki-moon, y acordaron el retorno de sus respectivos embajadores.
La disputa fronteriza entre Venezuela y Guyana se reactivó a finales de mayo, casi e coincidencia con la asunción de Granger como presidente, después de que la compañía Exxon Mobil descubriera un yacimiento petrolero en las costas de Esequibo.
El diferendo sobre esa zona, de 160.000 kilómetros cuadrados y muy rica en recursos naturales, se mantiene desde hace cerca de un siglo.
El litigio se remonta a la época en que Guyana era colonia británica y está bajo mediación constante de Naciones Unidas desde la firma del Acuerdo de Ginebra en 1966 por ambos Estados.