La decisión de la oposición de darle continuidad a la Asamblea Nacional electa en 2015 abriría las puertas a una mayor persecución de la disidencia a Nicolás Maduro

2021 apenas cumple sus primeras horas y a Venezuela ya se le presentan los primeros retos. El año inicia para los venezolanos con dos Asambleas Nacionales que se instalarán el 5 de enero de manera muy diferente.

Por un lado, la Asamblea electa en los cuestionados comicios del pasado 6 de diciembre, en los que el oficialismo obtuvo 253 escaños de 277. Por el otro, la Asamblea, de mayoría opositora, electa en 2015 que aprobó la reforma al Estatuto de la Transición, la cual plantea la continuidad constitucional de esta instancia al no reconocer los resultados del 6D. 

Antes de despedir 2020, se divisó ya una mayor persecución contra la oposición, pues en tiempo récord el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) anuló la reforma al Estatuto, instrumento legal que además da base al gobierno encargado encabezado por Juan Guaidó.

Dos Asambleas 

El año 2021 presentará más retos para la oposición que para el gobierno de Nicolás Maduro. Para el gobierno madurista el objetivo seguirá siendo el mismo que desde hace siete años: mantenerse en el poder pese a las presiones internas y externas. Pero para los opositores, la meta no solo es lograr un proceso electoral con garantías que permitan un cambio de gobierno. 

Para el analista y director de Datanalisis, Luis Vicente León, la división institucional se profundizará en este 2021, ya que si bien la oposición preserva el control de la Asamblea electa en 2015 y plantea su sostenimiento institucional por vía de la continuidad administrativa, “la probabilidad de que mantengan los mismos apoyos internacionales que tienen hoy a esa figura baja de manera importante”. 

Esta situación limita su posición política dentro del país, agrega el analista. “Por su parte, el gobierno logra controlar el Parlamento físico (símbolo) y logra el respaldo de sus aliados a esta nueva institucionalidad”, dice León. 


La probabilidad de que mantengan los mismos apoyos internacionales que tienen hoy a esa figura, baja de manera importante

Luis Vicente León, director de Datanálisis

Según el analista, será inevitable que el gobierno de Maduro ataque «con todo» a sus adversarios, representados en la oposición parlamentaria electa en 2015. 

El escenario de crisis institucional y persecución en aumento es el mismo que percibe el analista y director de la encuestadora Delphos, Félix Seijas.

Destaca que la convivencia de las dos asambleas será difícil, pues la electa el pasado 6 de diciembre operará «de hecho», mientras que la que encabeza Juan Guaidó enfrenta problemas: primero, por la forma como fue aprobado el Estatuto de Transición, ya que se registraron problemas internos. En este caso, la fracción de Acción Democrática (AD) salvó su voto por considerar que la reforma no era necesaria y por diferir en varios puntos planteados en este caso. Asimismo, ha sido cuestionada la poca transparencia en la sesión para debatir la reforma.

El otro problema es que, una vez efectiva la instalación de la Asamblea electa de 2015, los diputados quedarán expuestos a persecuciones de parte del gobierno de Maduro. Para Seijas, todo dependerá de la evaluación que haga el gobierno de Maduro a través de la teoría de costos. Es decir, si la oposición logra activar ese día una presión interna importante medida en movilización, el gobierno podría evaluar darle largas a la persecución. 

Otro elemento que para Seijas haría que Maduro actúe con cautela es, sin duda, el apoyo internacional. 

Aunque este punto también tiene dos vertientes: el apoyo pero, ¿en qué medida y con cuánta contundencia?

“Si el costo para Maduro por actuar en contra de los diputados que quedan funcionando se mantiene, iremos viendo que el gobierno no hará nada y, por el contrario, optará por el desgaste en tanto esa Asamblea no logre una movilización importante”, señala Seijas.  

“Pero si el apoyo de la comunidad internacional baja, quizás sí veamos que intenten darle el golpe de gracia a los opositores empezando por Guaidó”, agrega el analista. 

Reconocimiento en entredicho 

La comunidad internacional seguirá siendo clave para Venezuela en 2021. En especial para la oposición que desde finales de 2020 ha emprendido una fuerte campaña para lograr mantener el reconocimiento de Guaidó como presidente encargado y, claro está, el del Parlamento electo en 2015. Sin embargo, eso pende de un hilo muy delgado. Un hilo que se fue debilitando incluso desde 2020 al no poder la oposición lograr un cambio de gobierno. 

La intensidad y contundencia del apoyo internacional siguen siendo claves para Seijas. Dependiendo de esas dos variantes es que pueda venir una etapa de mayor persecución, según el analista. 

“Si se mantiene el costo de ir contra ellos (oposición), el escenario de persecución podría ser similar al de 2020”, dice Seijas. Sin embargo, este apoyo no parece tan claro en cuanto a contundencia. 

La Unión Europea (UE) debate el reconocimiento a Guaidó. Podría cambiar de presidente encargado a “mayor líder opositor”, según ha trascendido de las discusiones que mantiene el bloque europeo. 

La UE estaría debatiendo, de acuerdo con fuentes cercanas al bloque, que aún y cuando mantengan el reconocimiento a Guaidó sería más como un líder opositor sin que le dé la exclusividad de vocería, planteando así la posibilidad de darle más cabida a otras voces opositoras. Todo esto no cambiaría el rechazo al bloque a la Asamblea electa el 6D. 

Pero no es solo la UE. La oposición se mantiene a la expectativa de lo que ocurra con Estados Unidos, el aliado más importante, una vez asuma Joe Biden. Dependiendo de su política real y efectiva con respecto a Venezuela, habrá -o no- movimientos en distintos tableros. 


Sí el costo para Maduro de actuar en contra de los diputados que quedan funcionando, se mantiene, iremos viendo que el gobierno no hará nada y, por el contrario, optará por el desgaste en tanto esa Asamblea no logre una movilización importante

Félix Seijas, director de Delphos

Regionales: el nuevo reto para la unidad opositora 

¿Cómo organizar la legitimidad interna del G4 y los aliados? La pregunta la deja planteada Félix Seijas a raíz de lo ocurrido en el debate de la segunda discusión de la reforma al Estatuto de la Transición y que dejó en evidencia, nuevamente, las diferencias dentro de la oposición. 

Aunque el llamado G4, grupo conformado por los principales partidos políticos opositores, parece estar claro en el reconocimiento a Guaidó como presidente encargado y del Parlamento, el cómo no parecen estarlo tanto. La primera pared con la que se encuentra la oposición en 2021 es interna. Esa barrera empezó a construirse desde el planteamiento de la continuidad, puesto que muchos diputados no están de acuerdo y decidirán no seguir a partir del 5 de enero. 

Diputados como Stalin González o Manuel Teixeira dejarán su investidura ese día, pues no están de acuerdo con el planteamiento de la continuidad. 

Otros diputados optarán por mantener un bajo perfil debido al riesgo de persecución. 

La segunda pared será el propio 5 de enero. La oposición debate cómo sesionará ese día para instalar un nuevo periodo legislativo. Y la foto de ese día podría significar mucho. 

La del gobierno ya está casi impresa: entrarán a la sede del Parlamento como “mayoría” y con la consigna de la “recuperación” del Poder Legislativo. 

Pero la foto de la oposición no está tan clara. ¿Se arriesgarán a sesionar presencialmente? Y de ser así, ¿cuántos diputados asistirán? 

Además, de decantarse por la sesión presencial, ¿en dónde la harán? Ya desde 2020 la oposición vio reducida las opciones de utilizar espacios públicos, ya que el riesgo para quienes se los facilitaran era muy grande. 

Otro reto serán las elecciones regionales. Un reto para la unidad opositora, sobre todo. Desde ya comienza a debatirse a lo interno si participarán o no. 

Seijas no descarta que haya movimientos, con nombres incluso sorpresivos. Para el analista, las regionales serán un escenario que no se abandonará. 

“Dentro y fuera de sus partidos habrá individualidades que no dejarán esos espacios vacíos”, vaticina.

Pese a lo incierto que pueda ser 2021 en un principio pues dependerá de muchas variantes, lo que pueda ocurrir o no en el país, lo cierto es que la deslegitimidad de los Poderes Públicos llegará al punto más bajo que se haya visto en el país en su historia reciente.