Caracas. De raíces palestinas, el recién ascendido presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se ha convertido en una tendencia entre los seguidores de la red social Twitter al relacionarse directamente con sus audiencias. Ha manejado el humor y la autoridad en cada trino, lo que le ha permitido los retuits de jóvenes y la conectividad con los casi 800.000 seguidores que han utilizado su cuenta para llevar seriamente el pulso de su primera semana de gobierno.
Para el presidente centroamericano, la educación ha sido objeto de sus primeros días de gobierno. Escogió vía Twitter a José Rafael Mena
—arquitecto que pagó sus estudios con la construcción de autobuses a escala y es egresado del sistema Fe y Alegría— para hacer equipo, y se enfocará en el programa Mi Nueva Escuela,calificado como proyecto estratégico para modernizar la infraestructura escolar.
De padre musulmán y madre cristiana, Bukele se presenta como católico romano. Durante la campaña electoral fue cuestionado por sus adversarios por ir a México a rezar en una mezquita. No dejó brechas abiertas ante la opinión pública porque no cree «en las liturgias, en las religiones», pero sí en Jesús de Nazaret.
«La gente inundará las calles cuando estén inspirados, no para ser utilizados»
Como alcalde le habló directo al conciudadano
Su corta y fructífera carrera política le ha permitido ascender a cargos de elección popular de forma acelerada. Nació el 24 de julio de 1981 y a los 30 años fue electo, con 50,68 % de los votos, alcalde de Nuevo Cuscatlán. En 2015 es electo alcalde de San Salvador con 48,47 % de los votos. En ambas ocasiones se postuló por una alianza. Era militante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln), organización de la que fue expulsado en 2017 por el Tribunal de Ética, acusado de violentar los principios del partido con agresiones verbales y físicas a una funcionaria de la Alcaldía de San Salvador.
Fundó el partido Nuevas Ideas, con el que se postuló a la Presidencia de El Salvador este año en alianza con Cambio Democrático. Bukele logra la presidencia con 53,10 %, de votos que le dieron la mayoría, por lo que no hubo necesidad de ir a una segunda vuelta electoral. La alianza entre las agrupaciones Arena, Partido de Concertación Nacional, Partido Demócrata Cristiano y Democracia Salvadoreña, logró para su candidato, Carlos Calleja, 31,72 % de los votos; y el candidato del gobierno Hugo Martínez, del Fmln, obtuvo 14,41 %. Así se terminaron 30 años del llamado bipartidismo salvadoreño.
«El dinero alcanza cuando nadie roba»
Bukele y su lucha contra la corrución
Ha desmantelado casos de corrupción en los despachos de Gobierno. Ha demostrado la existencia de la «Fábrica de Empleos» con la que sus predecesores habían favorecido a familiares y amigos, lo que ha ocasionado el desangramiento de las arcas públicas y por la que ha girado instrucciones a su equipo de trabajo para destituir a estos funcionarios y acabar con el nepotismo en la administración pública.
No asistió a debates con sus contendores. Usó las redes sociales y fue a los encuentros directos con sus electores. Ha enfrentado acusaciones por parte de sus opositores, vinculadas a escándalos sexuales y de abuso de poder. De ellas ha salido airoso.
El tren Ejecutivo está ocupado en su mayoría por jóvenes profesionales y nuevas caras para la administración pública, provenientes de la empresa privada. Él viene del mundo empresarial y ha estado comprometido con la creación de imagen y marcas comerciales. En los últimos siete años de gestión pública, Nayib Bukele ha creado su propio eslogan, convertido ahora en firma personal: «El presidente más cool del mundo».