Elías Jaua Milano está bastante alejado de cargos públicos y notoriedad. Su última responsabilidad fue la de ministro de Educación, pero a la par también se le conoció por encabezar la promoción de la Asamblea Nacional Constituyente en 2017. Esto le costó sanciones por parte de Estados Unidos y Suiza.
Sigue siendo parte de la Dirección Nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), pese a que ve como una tarea pendiente profundizar los debates y la democracia interna. ¿Admite los errores del chavismo? Sí, también la compleja situación del país, pero los atribuye al clima de confrontación.
Jaua reveló a El Pitazo que no se ha incorporado a las sesiones de la Asamblea Nacional como diputado, electo por Miranda, porque no le van a permitir expresar sus ideas. “No tengo interés en estar sentado allí sin poder expresarme”, sentenció.
Usted estuvo en el diálogo de República Dominicana de 2017 en representación del chavismo. ¿Cuáles deben ser las condiciones para que un espacio como ese pueda arrojar resultados verdaderos?
Los actores deben tener independencia política, porque uno de los factores que ha impedido acuerdos concretos es la interferencia extranjera en las decisiones de la oposición. Todos los actores, incluyendo a los revolucionarios, deben entender la necesidad que tiene el pueblo de que lleguemos a un acuerdo de reconocimiento político, más allá de nuestras profundas diferencias ideológicas. La política tiene que ser para que la gente viva bien, no puede ser una eterna confrontación. Requiere conciencia y voluntad política, para llegar a acuerdos en el marco de la Constitución.
¿Esos elementos existen actualmente?
En importantes sectores de la oposición los hay, pero el tema de la interferencia extranjera imposibilita que esos sectores tengan la voluntad de manifestarse a favor de un acuerdo que permita el normal funcionamiento de la vida institucional del país. Negarse a participar en eventos electorales es un daño a la institucionalidad del país. El año que viene tocan elecciones parlamentarias y estas no pueden estar condicionadas a la pretensión de instalar un gobierno paralelo como ha hecho el señor Guaidó. Que sea el pueblo quien decida la composición de esa Asamblea y de allí, comenzar el proceso de normalización de la vida institucional del país. Es lo que deberíamos hacer los actores.
Esa normalización, según usted, ¿pasa por unas elecciones parlamentarias o cuál cree que pueda ser la solución a la crisis actual?
Ese es un paso. Participar demostraría que todos queremos jugar en el ámbito democrático, que hemos renunciado al atajo de la violencia, de la intervención extranjera y que estamos dispuestos a participar de la voluntad de las mayorías. La AN va a permitir temas importantes de la economía: la deuda externa y sus formas de pago, los contratos de inversión; de manera que tener una AN legitimada es muy importante para recuperar la situación económica negativa que tiene el país.
Para la oposición la solución es la realización de elecciones presidenciales con unas condiciones diferentes a las que se dieron el 20 de mayo de 2018. ¿Cuál sería la solución?
Para una parte de la oposición, el sector extremista de Voluntad Popular. Hay otros que han dicho que se debe transitar la ruta constitucional de las elecciones previstas.
¿Sobre quién o quiénes cree que recae la responsabilidad de la crisis actual? No solo la política, sino también la económica y la social
Sin duda hay una compleja situación en el país. Señalar responsabilidades individuales las hay, pero el fondo es la confrontación sin límites, que se ha verificado en 2014, 2016 y hasta la fecha. Respecto al modelo que construimos con el comandante Chávez significó crecimiento económico, justa distribución de la riqueza nacional. Nuestro modelo demostró ser exitoso. Sin duda, como todo proyecto, cometimos errores.
Habla de ese modelo que construyó Chávez, ¿cree entonces que se desvirtuó o se mantiene el legado?
Por la confrontación el modelo económico ha sido vulnerado, más allá de que haya sido una decisión política. Hoy impera el neoliberalismo salvaje. Sin duda alguna el modelo que construimos está vulnerado en lo político, social y lo económico. La defensa de la mayoría de nuestro pueblo sigue intacta, pero los logros que habíamos alcanzado han sido impactados negativamente por estos últimos seis años de confrontación.
Es uno de los pocos que habla de la autocrítica dentro del chavismo. ¿Qué es lo que tienen que autocriticarse?
La autocrítica es algo inherente al chavismo. Chávez la promovió. Creo que es necesario retomar la participación protagónica del pueblo en la toma de decisiones, ese es un elemento que se ha debilitado producto de la confrontación. Esta revolución es democrática y no podemos dejarla bajo ninguna circunstancia o pretexto. Hemos cedido al chantaje de que el problema era dejar hacer a los privados lo que quisieran. Es necesaria una rectificación que permita recuperar la gobernabilidad democrática. Atender el problema salarial del país.
Y todo eso ¿cómo se lleva al terreno?
El Estado tiene que generar una importante inversión destinada a la producción nacional para reactivar el inmenso aparato industrial que tiene Venezuela. La producción y capacidad adquisitiva son el combustible necesario para la reactivación de una economía postrada, como ha sido colocada la venezolana en este momento.
Y ¿qué se le puede decir al chavismo descontento por la crisis?
Que nosotros estamos obligados a luchar para corregir las desviaciones que se han venido anidando. Retirarnos de la política y de nuestro derecho a luchar es ceder el paso a corrientes burocráticas y autoritarias.
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¿Qué habría hecho Chávez de diferente?
Las condiciones actuales que se han generado son distintas y más graves que las que le tocó vivir al comandante presidente, y no me gusta hacer interpretaciones de alguien que no está físicamente entre nosotros. Las circunstancias son las circunstancias y los hombres son los hombres. El comandante hizo lo que tenía que hacer, en el contexto determinado, y lo hizo bien porque nuestro pueblo tuvo plenas libertades y derechos que antes no habían tenido garantizados. Chávez supo sortear las crisis de forma democrática, buscando siempre traer a la oposición al campo democrático y nunca se dejó provocar y llevar al terreno de la violencia y la confrontación extrema. Chávez y su tiempo. Este es el tiempo de nosotros, nos toca a los venezolanos encontrar la fórmula para salir de este laberinto.
¿Qué lo une en este momento con Nicolás Maduro y qué lo distancia?
Me une la lucha por la independencia nacional. Me unen años de lucha, de sueños compartidos. Son más las cosas que nos unen, y las que nos puedan separar las debatimos internamente. Soy militante de un partido y las diferencias las expresamos y las debatimos al interior del partido.
Precisamente, el año pasado en el congreso del PSUV, usted y Adán Chávez decían que había que renovar el proceso de democracia interna y que se escuchara a las bases. No pasó. Entonces, ¿qué espacio es el PSUV en este momento?
Siempre va a haber lucha y tensión entre sectores burocratizados y autoritarios, y sectores democráticos que propugnan por el debate de las ideas y la convivencia de todas las corrientes y los pensamientos. Es una lucha permanente. Pasó en el MBR-200, el Movimiento V República y ahora también en el PSUV. Estamos seguros de que más temprano que tarde, dentro del PSUV y el chavismo, se podrán profundizar los debates políticos e ideológicos pendientes y los procesos de emergencia democrática de los liderazgos.
¿Qué elementos tiene el Estado del burocratismo y corrupción que menciona? ¿Está eso dentro de la gestión?
Son flagelos estructurales del Estado venezolano que afloran en situaciones como estas, de alta inestabilidad política. El riesgo de que estas corrientes actúen con más cancha, hace que los pueblos reaccionen. El pueblo no va a dejar de luchar contra eso venga de donde venga.
¿Por qué no se ha incorporado como diputado a las sesiones de la AN?
Bajo el criterio de la mayoría opositora no se nos permite el derecho de palabra a quienes ejercimos cargos de ministros. En verdad no he asistido a las sesiones porque ya dictaminaron que no darán derecho de palabras. No tengo ningún interés de estar sentado allí sin poder expresar mis ideas.
¿Esta reincorporación del chavismo es el reconocimiento de la junta directiva y de los procesos que lleva adelante la AN?
No. La incorporación de la bancada del PSUV es una demostración del interés por normalizar la vida institucional del país y un tema fundamental es cómo contribuir a superar la compleja situación que atravesamos.
Hace tiempo dijo que la ANC evitó una guerra. ¿Cuál es el rol en este momento de esa instancia?
Sí, lo creo profundamente. Y por eso asumí con pasión la promoción de esa instancia, porque era en ese momento la única posibilidad dentro de la Constitución de parar la escalada violenta que se había desatado desde la oposición. Y se logró. La ANC logró parar la violencia y administrar el conflicto. Garantizar los procesos electorales a las gobernaciones, las alcaldías las elecciones presidenciales de 2018. Ha sido la garante de todo ese proceso de cumplimiento de lo que manda la Constitución en temas electorales.
Usted dice que entre las funciones de la ANC está el de llamar a elecciones, fue constituyente en 1999 y sabe que el rol es el de redactar una Constitución y no un administrador legislativo. ¿Es contradictorio no?
Son tres las competencias, de acuerdo al artículo 349 de la CRBV: transformar el ordenamiento jurídico, la institucionalidad del estado y la redacción de una Constitución.
¿Cómo maneja el tema de las sanciones? ¿Por qué fue objeto de ellas?
Todas las resoluciones ilegales donde se me han sancionado remiten a que presidí la comisión de promoción de la ANC. Es irracional que alguien sea sancionado por cumplir con el mandato de un presidente de su país en el marco de una instancia que está dentro de la Constitución. De lo único que se me acusa es de eso, ni de narcotraficante, ni de lavador de dinero, sino de promover una instancia democrática. Si esas sanciones valen la paz de mi país, que me sancionen mil veces. Lo volvería a hacer.
¿Esas sanciones tienen una afectación directa en su vida?
Para nada. No tengo ni bienes ni cuentas en el extranjero, nunca he tenido visa porque fui a EEUU en condición de canciller. En mi vida cotidiana no tiene ninguna afectación.
¿Cuál es su relación con la camada de exministros que se separaron del chavismo? Como, por ejemplo, Giordani, Navarro, Ana Elisa Osorio…
Con todos mis compañeros guardo sentimientos de respeto y de afecto. Cada quien asume la responsabilidad de los actos que decide desarrollar y ejecutar. Ellos tendrán sus razones. Pienso que uno debe luchar siempre en el escenario que uno ha creído. Uno no puede luchar del lado de la gente que no cree en tu proyecto. No juzgo a nadie. Me curé de eso de juzgar.
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