Ginebra.- Los embajadores de Estados Unidos y de diversos países del Grupo de Lima (con la excepción de México) boicotearon la nueva presidencia venezolana de la Conferencia de Desarme en Ginebra, al no acudir o retirarse de ella cuando el representante de Nicolás Maduro, Jorge Valero, inició la sesión.
Los sillones de países como Argentina, Chile, Brasil, Paraguay, Panamá o Perú permanecieron vacíos en la sesión inaugural de la presidencia venezolana, que dura hasta el 23 de junio, mientras que el embajador estadounidense en la conferencia, Robert Woods, salió de la sala en los minutos iniciales.
«No vamos a sentarnos allí y escuchar diatribas contra los valores democráticos de Estados Unidos», señaló Woods a los periodistas tras salir de la Sala del Consejo, habitual escenario de la Conferencia de Desarme en el Palacio de las Naciones ginebrino.
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«Esta presidencia puede hacer lo que quiera pero no tiene ninguna legitimidad, porque su Gobierno tampoco la tiene», añadió el diplomático de Estados Unidos, país que también ha asumido este año la presidencia bimestral de este foro internacional de desarme.
Woods señaló que la presidencia de Venezuela en la conferencia, un órgano creado en 1984 para negociar programas multilaterales de desarme, «mina los valores bajo los cuales este órgano fue establecido» al dar voz a «un régimen que sigue negando a su pueblo el derecho a subsistir, que es corrupto y tiránico».
«Estados Unidos no puede autorizar que un régimen así presida un órgano al que damos tanta importancia», destacó Woods sobre una conferencia que, sin embargo, y según el mismo admitió, no ha conseguido grandes avances en materia de desarme en las últimas décadas.
Asimismo, aseveró que quien debería asumir la presidencia de la Conferencia de Desarme, es un representante del presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó.
Por su parte, el embajador Valero aseguró en su discurso inaugural que la presidencia venezolana intentará escuchar durante las reuniones semanales que organizará la conferencia a todas las voces, y establecer un diálogo «inclusivo».
Con información de EFE