Washington. El Gobierno de Estados Unidos instó este jueves, 16 de mayo, a 14 naciones del Caribe a romper el «silencio» ante la crisis en Venezuela y anunció que pronto enviará a la región el buque de asistencia humanitaria USNS Comfort para ayudar a esos países a atender a los migrantes venezolanos.
La secretaria adjunta de Estado de Estados Unidos para Latinoamérica, Kimberly Breier, hizo esas declaraciones en la sesión inaugural del octavo diálogo con el Caribe en seguridad, que se celebra en el Departamento de Estado.
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«Queremos ayudaros a responder al incremento de la llegada de inmigrantes y al impacto que tiene en vuestra comunidades. Queremos ofreceros asistencia. No podemos permanecer en silencio ante la crisis humanitaria en Venezuela», manifestó Breier.
La funcionaria estadounidense instó a algunos de los países caribeños a unirse a la «masa crítica en Latinoamérica que ha elegido apoyar al pueblo venezolano y al líder que han elegido a través de su Constitución», en referencia a Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por 54 naciones.
A la cita acudieron el canciller de Granada y encargado de seguridad en la Comunidad del Caribe (Caricom), Winston Garraway; el canciller dominicano, Miguel Vargas; los titulares de Justicia de Dominica, Suriname, Barbados, así como los jefes del Ministerio de Seguridad en Belice y Trinidad y Tobago.
También asistieron los embajadores o representantes permanentes de Antigua y Barbuda, Guyana, San Vicente y las Granadinas, Haití, San Cristóbal y Nieves, Jamaica y Bahamas.
No injerencia
Todos los representantes de las naciones caribeñas intervinieron en la sesión inaugural, pero el único que aludió a Venezuela fue el ministro de Seguridad Nacional de Trinidad y Tobago, Stuart Young.
Young defendió la posición de «no injerencia» que han adoptado los países del Caribe, que en la mayoría de los casos no se han posicionado sobre la lucha de poder en Venezuela o siguen respaldando a Nicolás Maduro, aunque República Dominicana, Haití y Bahamas respaldan a Guaidó.
«Imaginen -afirmó Young- los efectos del derramamiento que puede haber en Venezuela y que estamos viendo. Por eso Caricom, como región, hemos adoptado una posición de no injerencia. Hemos pedido una resolución pacífica para Venezuela por el efecto que puede tener en nuestro hemisferio».
Young pidió a Washington una relación de «respeto mutuo» y no injerencia en la soberanía de los países del Caribe, muchos de ellos pequeñas islas en el océano Atlántico.
EFE