Cúcuta.- En Peracal, antes de llegar a San Antonio del Tàchira, la Guardia Nacional paró seis autobuses que fueron contratados por el gremio docente de Rubio para trasladarse desde allí hasta el puente internacional Simón Bolívar y protestar para exigir el ingreso de la ayuda humanitaria.
En el punto de control, la caravana de autobuses fue parada y a todos los profesores les quitaron sus cédulas y les indicaron que no podían transitar por allí, por no tener un listín emitido por un terminal de pasajeros. Aunque explicaron que era un servicio privado contratado, no les hicieron caso.
“Fue una odisea, yo me vine sin mi cédula. Caminé por casi una hora pero llegué a mi protesta, no van a lograr doblegarnos, vinimos a pedir por nosotros y por nuestros alumnos que se están muriendo de hambre, y los militares, que pareciera no tienen familia, nos trataron de impedir que llegáramos. Pero, nada nos va a detener”, explicó Neida Pérez, docente.
Sin cédulas, sin las banderas y sin los pitos que habían llevado, llegaron al Norte de Santander pese al intento de frenarlos de la Guardia Nacional. Más de 50 docentes entregaron un documento a los diputados Ismael García y Sonia Medina, quienes se trasladaron hasta el paso fronterizo a recibirlos.
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“Aquí estamos nosotros, pero 15 docentes que no lograron escabullirse y los seis conductores de las unidades están detenidos ¿Por qué? Porque esto es una dictadura que no acepta nuestro derecho a pedir ayuda humanitaria. Viajamos sin armas, sin nada más que nuestras medallas de graduación, y sin ningún fin que pedir el ingreso de la ayuda humanitaria y nos trataron como delincuentes. Como si un tambor fuese un arma de guerra”, dijo Wilmer Tarazona, profesor tachirense.
Burlaron a la GN. Hubo quienes se quitaron sus franelas tricolor o que los identificaba como docentes y cruzaron el puente. Otro grupo que logró pasar llevó su bandera de Venezuela gigante. La extendieron en el puente, mientras los peatones que pasaban gritaban en apoyo a la actividad que se desarrollaba.
Al término de la protesta, se disolvieron. Cada uno camino por su lado para evitar llamar la atención y se regresaron hasta el lado venezolano, donde el paso era lento debido a los controles de la Guardia Nacional que se extendieron durante todo el día.
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