Caracas.- La abogada Antonia Turbay, una de las 28 mujeres presas por razones políticas del gobierno de Nicolás Maduro, señaló entre lágrimas que el gobierno de Maduro la alejó de su familia por un año. Desde junio de 2019 permanecía en los calabozos del Sebin y es de los pocos indultados que tenía boleta de excarcelación.
Turbay, de 67 años de edad, era vecina de Iván Simonovis y fue detenida bajo el argumento de que colaboró con su fuga. «Uno cumple su condena con orgullo, porque a lo mejor sí fui a protestar contra el gobierno porque algo no me gustó. Pero que haya estado (presa) injustamente por algo que yo no tengo nada que ver, porque ni soy amiga de Simonovis», dijo Turbay a los medios minutos después de su liberación.
«(Simonovis) Sí es mi vecino y lo aprecio, y cuando él estuvo preso sentí mucha compasión por sus hijos que no tenían su papá, pero yo no tengo nada que ver y me han alejado de mi familia«, sentenció.
Señaló que durante su tiempo recluida en el Helicoide, sede del Sebin, «quienes han cuidado de mí han sido mis vecinos que realmente se han comportado muy bien». Indicó que su madre y su padre fallecieron y su única familia es su hija.
«Mi hija vive en Bogotá y no se fue por apátrida. La secuestraron exprés una noche y ella dijo que no quería vivir aquí y yo preferí que ella se fuera al exterior y tenerla lejos, pero viva y no en Venezuela y muerta«.
Turbay nació en Madrid, España, donde vive su familia materna. Indicó a los medios que su familia paterna está residenciada en Colombia.
Después de meses esperando su liberación, Turbay dijo a los medios que conoció la noticia de su excarcelación en la televisión. «Me habían dicho que estaba en una lista para salir (en libertad) el año pasado en octubre, después en noviembre, enero, marzo, mayo». En ese sentido, agregó: «Ya yo me resigné a que el día que tenía que salir iba a salir y ya».
«Todavía no sabía si iba a salir hoy o mañana. Todo es muy incierto».
Antonia Turbay pasó un año y un mes sin audiencia preliminar, porque tenía su boleta de excarcelación.
«Tuve un año sin audiencia preliminar porque tenía la boleta de excarcelación. Estaba metida en un lugar y no tenía derecho de ir al tribunal porque nadie me acusó», dijo.
«El verdadero perdón político es el que tiene una causa abierta y yo tengo una boleta de excarcelación», comentó. Agregó que la Fiscalía nunca presentó un acto conclusivo, «porque no había pruebas que comprobaran mi delito».
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