Caracas.- Para resolver la crisis política y social venezolana se encuentran sobre la mesa “todas las opciones”. Así lo declaró el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, luego de que funcionarios de la Policía Nacional y grupos irregulares incineraran dos camiones con asistencia humanitaria que entraron al país, por el Puente Francisco Paula de Santander la tarde del 23 de febrero.
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Los analistas políticos Óscar Vallés y Pedro Afonso Del Pino indicaron que este comportamiento, que aseguran miembros de la oposición fue orquestado por Nicolás Maduro, traerá presiones externas que pueden desencadenar una intervención militar al margen de organismos multilaterales o una solución negociada entre las partes.
“El tema de la intervención es muy complejo. Esa opción siempre ha estado allí, la oposición no la niega ni la descarta, pero podría implicar pérdidas humanas y un rechazo en la comunidad internacional que apuesta a una salida pacífica. Debería conducirse entonces a un proceso de negociación”, argumenta Afonso Del Pino, a quien no le extrañó la reacción violenta del Gobierno que encabeza Maduro.
En 48 horas, 160 funcionarios de seguridad, entre militares y policías, han reconocido a Juan Guaidó como comandante en jefe. Fuentes del Parlamento informaron a El Pitazo que se esperaba un número mayor de uniformados que respaldaran al presidente interino.
Vallés explica que el esfuerzo de Guaidó está orientado a buscar el debilitamiento de la Fuerza Armada Nacional (FAN) porque mientras más limitada y dividida se encuentre, hay más probabilidades de que se produzca una intervención que, a su juicio, puede ser tipo 1. Es decir, la que se ejecuta solo para deponer a la cúpula que se encuentra en el poder, apresarla y retirarse a la mayor brevedad posible para que la institucionalidad pueda regresar.
“Maduro pasó a ser un represor indiscriminado y masivo, lo cual lo coloca en la palestra ante una posible intervención”, señala el politólogo.
Indica que, si Maduro insiste en la violación sistemática y Guaidó no logra que la FAN se abstenga de cooperar con el gobierno, el pronóstico será bastante reservado.
Además, se atreve a detallar que hay otro tipo de intervención, que es la humanitaria. Según su declaración, se produce cuando se detecta que la población de un país está sometida a una política genocida por razones de raza, religión o posición política. En el caso de Venezuela, por el esquema diseñado por Maduro, la oposición tiene el propósito de impedir un crimen de exterminio porque se les ha negado recibir medicinas y alimentos.
Pero aclara que demostrar un acto genocida en Venezuela es complejo. “En 2017, hubo 157 muertes en el contexto de las protestas y más de 90 personas fueron asesinadas por impactos en el cerebro, según datos ofrecidos por el Foro Penal y el Observatorio Venezolano de la Violencia. Una cosa es que un Estado asesine un muerto diario para sembrar el terror, como lo vivimos, y otra es que ejecute a 157 diariamente, eso es un acto genocida. De modo que, habría que estudiarlo muy bien”, justificó.
El dilema
Vallés considera que ahora Guaidó entra en un dilema: si regresar lo más pronto posible a Venezuela o mantenerse en el exterior por unos días más. A pesar de que los diputados del Parlamento han asegurado que no está planteado que Guaidó permanezca en el exilio, el académico asegura que es muy probable que el diputado realice una gira para solicitar apoyo y consolidar su posicionamiento.
Así como la Asamblea Nacional (AN) presionará para explorar todas las vías posibles, Afonso Del Pino resalta que el gobierno se encuentra acorralado económicamente, porque el sistema está colapsado y ya Maduro no puede ofrecer unos servicios básicos de calidad ni condiciones de vida; además, en el ámbito internacional se encuentran bloqueados para realizar negocios. El analista opina que esta fase podría llevar a una situación “muy delicada”, pero eso no implicará que el gobernante cederá el poder, por lo que deberá prevalecer la negociación para evitar una situación de conflicto.
¿Transición con el oficialismo?
Vallés, que ejerce como académico en la Universidad Metropolitana , argumenta que Maduro se encierra en sí mismo y “no se ha dado cuenta que la estrategia de la violencia desmedida socavan su posibilidad de salir del poder de forma pacífica”.
Sumado a eso, Maduro compromete a los cuadros políticos del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), quienes no se han pronunciado, ni siquiera para llamar a la sensatez, resaltó el politólogo al referirse al futuro incierto que le espera a la dirigencia socialista. “No vemos a un Héctor Rodríguez dando órdenes para que repriman, pero es corresponsable de lo que haga Maduro porque no dice nada. Los gobernadores oficialistas, los alcaldes, todos, son responsables. Lo que ocurrió en la frontera demuestra que una transición con miembros del oficialismo será muy difícil”, puntualizó.
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