Los comercios que venden comida se han convertido en una opción para los varguenses que les facilita la compra en medio de la cuarentena radical. Foto: Cortesía ONG Acción Ciudadana
La Guaira.- Con la entrada en vigencia desde el pasado 3 de agosto del decreto regional 047-2020, que restringe la compra y venta de víveres en los espacios comerciales del estado Vargas, de acuerdo al final de la cédula de identidad, las bodegas o ventas informales de comida dentro de las comunidades, han proliferado, convirtiéndose en una opción para los vecinos.
Así lo hicieron saber residentes de parroquias como Caraballeda, Macuto, La Guaira y Catia La Mar, a través de la plataforma de debates impulsada desde la Asociación Civil Acción Ciudadana, que desarrolla un trabajo de voluntariado en sectores populares de la entidad costera.
“Hubo un momento en que las bodegas desaparecieron. Pero desde la cuarentena, las que ya existían se han fortalecido, y muchos vecinos han puesto sus ventas en casa. Venden comida, pan, bebidas, legumbres, hasta pollo y charcutería. Es una opción porque estás cerca de tu casa, minimizas el riesgo de contagio o el fastidio de la policía, y lo mejor, aquí nadie viene a fiscalizar cuando te tienen que vender”, cuenta Ana María Méndez, vecina de La Guaira.
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Méndez acota que aunque los precios sean superiores en la mayoría de los pequeños comercios cercanos a su casa, si los compara con la opción de supermercados, mercados municipales o cadenas, muchos vecinos valoran el tener esa opción, “especialmente en medio de esta cuarentena”.
Claudio López, vecino de Caraballeda, tiene la misma visión. “En nuestro barrio, Quebrada Seca, han surgido nuevos emprendimientos. Empezaron vendiendo chucherías y la propia demanda de la comunidad ha hecho que deban expandir la oferta, porque es mucho cuento, librarte del tema del transporte, de la esclavitud del horario y del tema de la cédula”.
Otra opción que la gente en Vargas valora en medio de la cuarentena radical y la aplicación del decreto 047-2020, es la venta de productos en línea y la entrega de pedidos de comida a domicilio. “Si uno puede cubrir el costo de la entrega es muy buena opción. Amigos de Catia La Mar, Maiquetía y Caraballeda los utilizan, como una opción de compra, que permite resolver un olvido y que ese día sea el que no puedes ir a comprar”, apunta Johanna Rivas, vecina de Maiquetía.
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