Caracas.- El equipo de El Pitazo se reunió con las familias del refugio Jehová Jireh este sábado, 22 de febrero. En esta oportunidad, Un Café con El Pitazo –el sexto en lo que va del año- no fue un conversatorio en torno a un tema en el que especialistas conducen la jornada, sino un encuentro con la comunidad que vive en casas improvisadas en cubículos ubicados en un terreno al final de la calle Lebrún, de Petare.
El 15 de febrero se incendió la antigua edificación judicial Ciudad Lebrún y algunas familias, afectadas por el humo, debieron pasar la noche fuera de sus viviendas; luego de eso, El Pitazo se alió con voluntarios de Fundación VenSueño y de la parroquia El Dulce Nombre de Jesús de Petare para brindar atención médica a 148 niños y niñas, aunque solo asistieron 65.
Rossana Guevara, estudiante de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV), dirige la organización que se encargó de pesar y evaluar a los habitantes del refugio. Luego de las 2:00 pm, Fundación VenSueño había atendido a 65 menores entre 0 y 11 años, y la mayor incidencia que se diagnosticó fue desnutrición, sobre todo en niños y niñas que no llegan a los 5.
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La jornada de este sábado fue la primera de tres fases que terminarán en el seguimiento de los casos más graves.
Aunque ahora son 67 familias, hasta hace tres años eran 130, según Edward Espinoza, líder comunitario. Las que quedan serán reasignadas a conjuntos residenciales en Valles del Tuy antes de que termine el primer semestre de 2020; al menos eso fue lo que dijeron representantes de la Gobernación de Miranda y del Ministerio para Hábitat y Vivienda, luego del incendio.
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Magaly Mendoza y Dalvis Fermán son miembros de la parroquia El Dulce Nombre de Jesús e insistieron en la importancia de ayudar a quienes están en situación de vulnerabilidad. Ambos valoraron que se unieran esfuerzos para generar un impacto positivo en la comunidad del Jehová Jireh.
En la actividad también participaron estudiantes de quinto año de la unidad educativa privada Augusto Mijares, ubicada en la parroquia Caucagüita. La directora de la institución, Yenniffer Suárez, aseguró que espera que los jóvenes se involucren en proyectos sociales, más allá de cumplir con las horas de servicio comunitario requeridas para obtener el título de bachiller. “La idea es que se humanicen. Es importante el granito de arena que cada uno pueda aportar”, dijo.
En el refugio hay una realidad problemática: 6 baños para 67 familias; falta de agua en los cubículos y solo cuatro días del servicio; paredes de cartón y anime fracturadas. Aun así, Edward Espinoza insistió en que lo que más necesitan son talleres de formación y capacitación. “Aquí todos trabajamos, pero siempre decimos que quienes quieran ayudar pueden traer cursos para aprender oficios. Sobre todo para los adolescentes”, manifestó.
¿Deseas hacer alguna denuncia sobre un problema en tu comunidad, sugerir o solicitar talleres de Infociudadanos o eventos de formación comunitaria? puedes hacerlo a través del correo electrónico elpitazoenlacalle@gmail.com, o comunicándote al 0414-2302934.
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