Maturín.- En el Hospital Manuel Núñez Tovar, en Maturín, siguen las quejas por la falta de insumos. Esta vez, los pacientes que acuden a la consulta de Misión Milagro, aseguran que deben comprar hasta los catéter para entrar a quirófano.
Carmen Martínez es una de las afectadas; tiene cataratas y está perdiendo la visión del ojo derecho. Vive en Aribí, una población rural ubicada en la zona sur de Maturín, estado Monagas, y para asistir a la consulta tiene que viajar de madrugada. Asegura que el mes pasado le entregaron un listado con lo que debía comprar para su operación.
En esa lista, además de las gotas, estaba anotado hasta las gasas. “Lástima que no la traje hija, porque es bueno que el gobierno vea que uno no está mintiendo”, manifiesta Carmen Martínez. Tiene 10 años en control en el hospital. Primero pasó por el servicio de oftalmología, donde no tiene quejas de la atención sino de la falta de médicos para agilizar las consultas.
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En este tiempo, la paciente asegura que ha visto cómo todo ha involucionado. “Vamos para atrás y da lástima, porque quienes venimos al hospital es porque no tenemos cómo pagar una cita en una clínica”, expresó mientras aguardaba su turno para entrar con el médico; delante de ella habían 20 personas y eso que había llegado a las seis de la mañana.
José Azócar tiene cuatro meses y medio aguardando por una cirugía, no han llegado los lentes intraoculares para operarlo junto a otro grupo de pacientes. “Sólo espero que llegue rápido porque no quiero perder la visión”, mencionó.
Sin citas
Los usuarios del hospital de Maturín también se quejan de la falta de citas este año para el servicio de oftalmología. Aseguran que los nuevos ingresos tienen que esperar hasta enero de 2020 para que los vea un médico.
“Tenemos que esperar seis meses para que el doctor nos vea. Pienso que hay pocos especialistas y por eso es que tardan demasiado en otorgar un cupo. La directiva del hospital tiene que corregir esta situación”, explicó Luisa López, habitante del sector Pinto Salinas, mientras hacía fila en control de citas.
López mencionó que en ese servicio solo hay tres médicos y eso retrasa la atención. Considera que incluyendo a dos más, todo sería más fluido, la gente no madrugara para esperar su turno, y así los médicos no redoblaran esfuerzos.
